Una chiquita de tan solo 3 añitos tuvo que cantarle cumpleaños a su amada abuelita, Aracely Rodríguez, en un cementerio, todo por culpa de un desalmado que le arrebató la vida a la señora hace sietre meses dentro de una cuartería en San José.
Así lo contó a La Teja Michelle Álvarez Rodríguez, madre de la niña e hija de Aracely, quien explicó que esa triste escena, que le haría el corazón pedazos hasta al más rudo, ocurrió el pasado lunes, cuando visitaron la tumba de su mamá.
“Mi mamá cumplió años el pasado domingo y al día siguiente fuimos al cementerio a ponerle globos en la bóveda, también le pusimos canciones de cumpleaños y estuvimos hablando con ella y llorándola”, detalló Álvarez.
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El atroz crimen que tiene a toda esta familia sumida en la tristeza ocurrió el pasado martes 27 de febrero dentro de una cuartería ubicada en las inmediaciones de la estación de servicio La Castellana. De acuerdo con el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), el femicidio habría sido cometido por la pareja de Aracely, un nicaragüense apellidado Lejarza, de 24 años.
“Al parecer, el día de los hechos, el sospechoso y la víctima, quienes eran pareja sentimental, se encontraban dentro del inmueble y en un momento determinado, este sujeto habría agredido físicamente a la mujer y, posteriormente, la habría asfixiado hasta causarle la muerte”, detalló el OIJ.
Según la Policía Judicial, tras cometer el femicidio, Lejarza se dio a la fuga. En aquel momento, las autoridades informaron que el sospechoso podría encontrarse escondido en Guanacaste o Nicaragua, pero hasta la fecha su paradero es un misterio.
Poco que celebrar
Michelle contó que el cumpleaños de su mamá fue un momento muy duro para ella y su familia, pues por primera vez no pudo abrazar a su mamá ni desearle que pasara un día hermoso junto a sus seres queridos.
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“Yo solo pasé un día llorando y pensando en ella, en cómo hubiera sido pasar otro cumpleaños con ella. Es un dolor inexplicable, es un impotencia tan grande la que siento”.
Álvarez dijo que ese domingo su mamá habría celebrado 44 años de vida, y aunque ella deseaba hacer algo especial ese día en honor a su mamá el dolor que siente no se lo permitió.
“Ese día no me levanté ni de mi cama, no quería nada con la vida”, agregó.
Michelle también explicó que su hija aún es muy pequeña para entender lo que está sucediendo, pero a su forma ella también sufre por la ausencia de su abuelita.
“Mi hija de tres añitos un día de estos vio una foto de ella que yo tenía en mi teléfono y me dijo: ‘Esa es mi mami (así le decía a su abuelita), pero ya no me quiere, porque ya no me habla’. Yo solo lloraba y le decía que la abuela si la quiere, pero que ahora está dormida”.
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Un dolor muy grande
Tras la muerte de Aracely su hija y el resto de su familia han tratado de seguir adelante, pero se les ha complicado demasiado; especialmente, a Michelle, quien no deja de pensar en cómo pudieron hacerle algo así a su mamá.
“Lo único que pienso es en qué le pasó (al sospechoso) en ese momento que la mató, qué le pasó por su cabeza para llegar a matarla, porque ella no era una persona mala para llegar a tal extremo. No entiendo por qué, me pongo a imaginarme qué pensaba ella cuando él le estaba haciendo eso”, reflexionó.
Como si ese dolor no fuera suficiente, la familia de Aracely tiene que cargar con la angustia de ver que el caso por su atroz femicidio, prácticamente, se encuentra estancado.
“Mis hermanas fueron a la Fiscalía de Género y les dijeron que el caso de mi mamá podía durar de 2 a 10 años en resolverse. Tras que duraron un montón en publicar una foto de él, ahora dicen que hay que esperar más; o sea, darle más chance de que siga huyendo”.
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Álvarez dijo a este medio que tras el homicidio de su mamá ella contactó al investigador a cargo del caso y le suministró información acerca de una mujer que vivía al lado del cuarto de su mamá y que escuchó como le quitaron la vida, pues consideraba que era una testigo clave.
“Ella lo había visto a él una semana después de que todo el mundo se dio cuenta de la muerte de mi mamá y otras personas lo habían visto en una cuartería. Le di (al investigador) el número de esa cuartería, pero al parecer, ellos no contactaron a las personas ni nada”.
Lo único que la familia de Aracely les pide a las autoridades es que no se olviden de su casa y que hagan hasta lo imposible por llevar al sospechoso ante la justicia.