El obispo Fray Gabriel Enrique Montero Umaña le está echando ganas para recuperarse de la cirugía que le hicieron el viernes pasado para corregirle daños causados un un accidente de tránsito que tuvo el 12 de enero anterior.

Contrario a los rumores que estuvieron circulando el fin de semana sobre la supuesta muerte del religioso, él asegura que se siente mejor y espera pronto salir del hospital.

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“Una palabra de agradecimiento a tanta gente por sus oraciones y de bendición a todos los que han estado siguiendo mi situación; sigamos con esperanza, de que ojalá pronto, esto va a estar superado con la ayuda de Dios y las oraciones de todos ustedes", expresó Fray Gabriel el pasado domingo por medio de las redes sociales de Radio Sinaí (frecuencia de la diócesis de Pérez Zeledón), donde han estado informando a detalle sobre el estado de Montero desde el día del suceso.

El jerarca de la diócesis de San Isidro de El General necesitó ser llevado la semana pasada al hospital San Juan de Dios para que le quitaran unos coágulos de sangre que se le alojaron en un pulmón.

Radio Sinaí dio a conocer el viernes luego de la operación que el procedimiento había sido exitoso.

Este domingo el medio de comunicación hizo una nueva publicación en su página de Facebook con el fin de aclarar un rumor sobre la supuesta muerte del obispo.

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“Comunicamos oficialmente que, Mons. Fray Gabriel Enrique Montero Umaña continúa hospitalizado en el San Juan de Dios en una franca recuperación, su estado de salud es favorable y continua recibiendo las debidas atenciones médicas tras la cirugía que se le practicó el pasado viernes.

“Desmentimos categóricamente la noticia de que el obispo ha fallecido; hacemos un llamado a erradicar totalmente este tipo de "noticias falsas" que desdicen del profesionalismo y de la verdad a la que hemos sido llamados a comunicar.

Aparatoso vuelco

El día del accidente de tránsito, el cura, de 74 años, iba en un carro por la Cuesta López, en Buenos Aires de Puntarenas, cuando perdió el control del vehículo, se salió de la calle y se volcó. Los golpes causaron que a Montero se le quebraran tres costillas.

Monseñor iba con dos personas más, una de ellas sufrió una fractura en la clavícula y otra en la muñeca, mientras que el otro acompañante solo sufrió golpes leves.

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El accidente ocurrió cuando ellos regresaban de un viaje pastoral en el que habían entregado la parroquia Inmaculada Concepción de Boruca.

El obispo fue atendido en el hospital Escalante Pradilla donde un día después le dieron la salida y lo mandaron a reposar, pero el 22 de enero tuvieron que volverlo a internar en el hospital generaleño por la complicación de los coágulos; días después fue enviado al San Juan de Dios, donde permanece.