Uno de los más grandes sueños de Gustavo Villalobos Calderón, de 46 años, era que sus hijos más pequeños siguieran sus pasos y un día lograran vestir la camiseta de la Selección Nacional de fútbol, tal y como él lo hizo en su juventud.
Los hijos de Tavo, como le decían de cariño, podrían alcanzar esa meta con mucho esfuerzo y dedicación; lamentablemente, su papá no va a estar ahí para ver ese anhelo que tenía, todo por culpa de unos desalmados que le arrebataron la vida para robarle su carro.
“El sueño de él era ver a sus hijos jugando como él lo hizo, ese era uno de los sueños que nos va a marcar a todos como familia. Él soñaba con verlos jugando en el Estadio Nacional”, contó a La Teja don Gustavo Villalobos, papá de Tavo.
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Don Gustavo contó que su hijo jugó en categorías menores del Herediano y su desempeño fue tan bueno que hasta llegó a formar parte de la Selección Sub-17. En una nota publicada por La Nación en diciembre del 1998, Tavo aparece en la alineación del equipo tricolor que ganó por marcador de 2 a 1 a la representación de Bolivia en la II Copa Cuscatlán.
El hecho que tiene a don Gustavo y a toda su familia con el corazón hecho pedazos sucedió la madrugada del pasado sábado 3 de mayo en Guayabos de Curridabat, cuando Tavo se encontraba en su carro, un Ford Explorer, junto con su esposa.
“Los ofendidos se encontraban dentro de un vehículo en un servicentro, cuando son abordados por tres sujetos, presuntamente, con intenciones de sustraerles el automóvil y les dispararon en varias ocasiones”, dijeron en el OIJ.
Gustavo murió luego de recibir seis impactos de bala en el pecho, mientras que su esposa, apellidada Guzmán, recibió tres balazos en el estómago y tuvo que ser llevada al hospital Calderón Guardia, pero afortunadamente, ya fue dada de alta.
“A ella le pegaron tres balazos con entrada y salida, pero por dicha le dieron la salida y pudo estar en la vela y el funeral de él”, agregó el señor.
Madrugada de terror
Don Gustavo contó que los hechos ocurrieron cuando su hijo y la esposa de este fueron a cargar combustible a una gasolinera en Guayabos de Curridabat; al parecer, cuando iban saliendo de esta fue que los interceptaron los sujetos.
“Saliendo de la bomba pasaron unos chamaquillos y comenzó el asunto, lo balearon, los bajaron del carro y se lo llevaron”, contó el señor.
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Doña Betty Traña, madrastra de Tavo, contó que el ataque fue despiadado, porque tras acabar con la vida de Gustavo, los maleantes trataron de hacer lo mismo con su esposa.
“Ella les dijo que por favor, no les hicieran nada, porque tenían hijos chiquitos y a ellos no les importó”, agregó Traña.
La pareja de adultos mayores se dio cuenta de la trágica noticia esa misma madrugada, cuando a eso de las 4 a. m. las hijastras de Tavo les dijeron lo que había pasado.
“No sé ni cómo voy a hacer para salir adelante, porque uno queda en algo tan raro, que uno no cree, uno ve noticias todos los días de que matan a personas, pero hay que estar en el momento para saber el dolor que se siente”, dijo el señor.
Según el Tribunal Supremo de Elecciones, Tavo era padre de cinco hijos, dos muchachas que tuvo en una relación anterior y dos muchachitos y una jovencita fruto de su actual matrimonio.
Estrenaba carro
Don Gustavo recordó que su hijo estaba muy contento con su carro Ford Explorer, ya que aunque fuera un vehículo un poco viejito, Tavo apenas lo estaba estrenando, ya que si acaso tenía mes y medio de haberlo comprado.
“Estaba muy ilusionado con ese carro, porque estaba muy bonito y era un carro 4x4, ya le había metido todo el equipo para andarlo a gas”.
Además de tener la soda Pollos Tavo, en Moravia, Gustavo se dedicaba a realizar trabajos de remodelación, y en esas labores su papá era su mano derecha.
“Nosotros trabajábamos juntos, yo soy electricista y él también, luego decidió trabajar en remodelaciones y ahí andábamos. Yo ya le ayudaba poquito, pero siempre andábamos juntos”, contó el señor.
Don Gustavo dijo que la última vez que vio a su hijo fue el pasado viernes, cuando terminaron de trabajar en una remodelación en Las Nubes de Coronado. Recordó que estaba muy contento, pues habían avanzado mucho con el trabajo.
“Toda la vida fue muy trabajador, ahí estaba tratando de pagar la casa, ahí la iba pagando de a poco”.
Un gran hermano
Doña Betty Traña, madrastra de Gustavo, lo amaba como si se tratara de su propio hijo, así lo veía ella, pues Villalobos siempre fue una buena persona con ella y sus otros hijos.
“Gustavo fue un hijastro único. Yo tengo tres hijos de mi primer esposo y para él fueron sus hermanos y mis hijos siempre lo respetaron a él como el hermano mayor. En los problemas de mis hijos, él estaba presente para ellos”, contó la señora.
Para Traña la atroz muerte de Tavo es un golpe de realidad para su familia y para todo el país, pues los delincuentes no se están matando entre ellos, como una vez lo dijo el presidente Rodrigo Chaves.
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“Recuerdo el día que el presidente dijo que se mataban entre ellos, entre los narcotraficantes, y nuestro hijo no era un narcotraficante, no era ningún delincuente”.
Esta familia les pide a las autoridades que se haga justicia para ellos y para Tavo, pues él era un hombre trabajador y un buen padre, que no le hacía daño a nadie y que solo se esforzaba por darle lo mejor a su familia.