José Fabio Sancho Morales tuvo una vida corta y se fue de este mundo como un héroe al salvar, junto con su pareja Elsa Hernández, la vida de sus hijos al quedar atrapados en un incendio que fue provocado.
También rescató a otro niño, quien no era del núcleo familiar, pero sí lo querían como tal, pues este había quedado en medio de las llamas.
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La fatalidad para la familia llegó cuando intentaron ayudar a un primo de Elsa, de nombre Steven Araya Álvarez, y a la pareja de él, una muchacha que era amiga de José Fabio desde que eran pequeños. Ellos no tenían donde vivir y le pidieron permiso para quedarse en una habitación de la casa en Puente Salas, en Barva de Heredia.
“Teníamos un cuarto desocupado, nosotros pensábamos por los niños, también reflexionaba que ellos eran una familia y no debían estar con nosotros; indirectamente, nos íbamos a dar cuenta de la vida de ellos. Así fue, al poco tiempo hubo violencia doméstica y ella le pidió a Steven que se fuera de la casa”, recordó Elsa, quien actualmente tiene 31 años.
La muchacha se suponía que se iba a ir de la casa, que necesitaba unos días, le dijimos que no había problema, pero al poco tiempo comenzó el infierno para las dos familias.
“Steven llegó un día muy violento y la agredió de una forma muy fea, grité y los vecinos nos ayudaron. Luego, yo la acompañé a interponer la denuncia y salí del juzgado más asustada de lo que había llegado, porque él decía que no sentía arrepentimiento de la golpiza. Entonces, hablé con mi esposo (José Fabio) y le dije que no sentía seguridad ni en mi propia casa”, recordó Elsa.
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Una ventana les ayudó a salvarse del infierno
Esa fea sensación que tuvo Elsa se convirtió en realidad, y José Fabio, siendo uno de los más inocentes, no se pudo librar y murió un día después de cumplir sus 24 años.
Ellos quedaron en medio de un incendio en el que todos corrieron peligro.
Una ventana se convirtió en la salida que vio Elsa para salvar a sus propios hijos; José Fabio, por su parte, auxilió a otro inocente, que no era su hijo, pero también necesitaba ayuda. Este era hijo del supuesto agresor, Steven Araya.
Este triste hecho cumplirá una década el próximo 14 de marzo. En aquel momento el joven papá luchó por su vida; sin embargo, terminó muriendo el 27 de marzo del 2012.
Pese a los años, la familia de José Fabio sigue sufriendo por la ausencia de este valiente padre, y por culpa de las llamas que los siguen atormentando.
El incendio en el que murió este joven papá fue provocado por Steven, quien buscaba vengarse de su pareja, pues ella lo había dejado; en apariencia, por violencia doméstica.
“Nosotros estábamos en un cuarto, escuché cuando empezó a gritar: ‘ahora sí los voy a matar a todos, se van morir’. Mi reacción fue asomarme por un pasillo, cuando lo vi gritando, me metí al cuarto y prensé la puerta con mi cuerpo.
“Mi esposo me dijo: ‘¿es Steven, verdad?’ le dije que sí, que no saliera, temía que le hiciera daño a alguno de nosotros. En ese momento, no me percaté de lo que él tenía en las manos, llevaba un galón de gasolina y un cuchillo, solo le vi la cara y sentí mucho miedo, solo quería encerrarme. Steven ya había rociado la casa con gasolina, y comenzó a gritarle a José que saliera del cuarto. Mi esposo salió y yo salí detrás de él, porque temía que le hiciera algo; en eso Steven prendió un encendedor y se vino la bola de fuego, lo último que escuché fue cuando dijo: ‘les dije que no iban a salir de aquí’“, recordó Elsa.
En medio de la desesperación, Elsa buscaba por donde sacar a sus hijos, pues el humo y el fuego cada vez abarcaban más la casa.
“Veía para todos lados, no tenía por donde sacar a mis hijos; en el suelo había un juguete de un tren de uno de mis hijos y lo tiré contra la ventana, seguí golpeando con las manos y la rompí, tiré a mis hijos para afuera, un señor que iba en un carro me ayudó a sacarlos a la calle, y luego me ayudó a salir.
“Cuando lograron sacar a José Fabio ya él estaba muy quemado, tenía bombas de agua, ya no tenía pelo, le colgaban pellejos de muchas partes, él estaba mal. Cuando lo acostaron en la calle me preguntó si los bebés estaban bien, le dije que sí; él se veía las manos y el cuerpo y me decía: ‘si yo me recupero de todo esto, ¿usted se va a quedar conmigo?‘, le respondí que no lo iba a dejar de querer, porque había sido valiente y siempre nos había defendido“, mencionó Elsa, en medio de lágrimas.
José Fabio temía no resistir y se lo dijo a Elsa, solo él sabía el dolor que aguantaba... nunca más volvió a hablar con su esposa.
Estuvo internado en el hospital México donde le limpiaron las heridas, luego lo pasaron a la Unidad de Quemados del hospital San Juan de Dios, en donde por 15 días estuvo en la Unidad de Cuidados Intensivos.
“Lo subieron en una ambulancia y se lo llevaron, nunca más lo escuché hablar. Los primeros 15 días fueron difíciles; una doctora muy buena me dejaba acercarme y hablarle, le decía que nos sentíamos muy orgullosos de él, que lo esperábamos en casa, no sé si nos lograba escuchar, pues él no reaccionaba”, expresó Elsa.
Una bacteria terminó llevándose a papá
Tres días antes de que José muriera, los doctores llamaron a Elsa y le explicaron que él tenía una bacteria en el brazo derecho, que le debían amputar esa parte del cuerpo.
“Las heridas del brazo derecho estaban gangrenando (muerte en el tejido) y me pedían una autorización; entonces, con el dolor de mi corazón, pensé que íbamos a perder un brazo, pero no lo perderíamos todo, le hicieron la cirugía al día siguiente y a los dos días se me murió, no aguantó”, recordó con tristeza la esposa.
El niño que salvó José Fabio, hijo del incendiario, sobrevivió a las quemaduras; sin embargo, ha enfrentado docenas de procesos médicos.
Steven Araya Álvarez, conocido como Bob Esponja, el responsable de esta terrible agresión, también murió al sufrir quemaduras, falleció un día antes que José Fabio.
Esposa de héroe en incendio ha tenido una vida difícil
Los hijos de Elsa y José Pablo estaban muy pequeños cuando el incendio ocurrió, pues uno tenía 3 años y medio, y el menor dos años. En la actualidad ellos son unos adolescentes, pero la vida no ha sido nada fácil, su mamá siempre les ha tenido presente al papá, para que lo recuerden como todo un valiente, que no dudó en defender a su familia y a extraños hasta su último aliento.
“Mis hijos eran unos bebés cuando él se murió, no tienen muchos recuerdos de él, pero siempre he intentado que se mantenga viva esa parte, nunca les he ocultado quién era el papá, lo que le gustaba hacer o comer, porque siento que aunque él no esté nunca va a dejar de ser una parte de ellos, a través de mí y de mi hija mayor van conociendo quién era el papá, ya que no lo pudieron disfrutar”, señaló esta valiente mujer.
A José Fabio lo sepultaron en el cementerio comunal de Barva de Heredia, donde la familia se esfuerza por mantenerle su tumba limpia.
“Es el único pedacito que nos queda, en el que podemos sentir que lo tenemos cerca”, comentó.
Durante estos 10 años la vida ha sido difícil, pero ella agradece a las personas que, de alguna manera, los han ayudado, pues en los últimos años Elsa sufre por una hernia de disco, se fracturó el coxis y ha tenido que recibir muchas terapias.
“Los primos por parte de mi papá, los excompañeros de donde trabajó José, también hicieron una alcancía y nos la trajeron para ayudarme con el funeral de mi esposo, no ha sido fácil, pero aquí seguimos”, recalcó la joven.
El trauma por el incendio regresó en diciembre del 2024, cuando otro fuego provocado por un corto circuito les quemó la casa que alquilaban, así lo señaló Elsa Hernández.
Usted puede ayudar a Elsa y a su familia por medio de un Sinpe Móvil al 6031-8006.
José Fabio Sancho Morales, falleció un día después de cumplir años, a una década de su muerte su familia sigue sufriendo por las llamas.