En cuestión de prácticamente cuatro meses, don Gustavo Villalobos perdió a dos de sus grandes amores: su hija menor, Mariela, y a su hijo mayor, Gustavo.
Mariela falleció en enero a consecuencia de una enfermedad, pero a Gustavo se lo arrebataron de una forma cruel, pues fue asesinado a balazos en medio de un violento bajonazo ocurrido en Curridabat, en San José.
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“Él conmigo era un amor, como era el mayor. Mi hija y mi otro hijo están en Estados Unidos y ya la otra (Mariela) se me había ido, entonces él era muy apegado a mí”, dijo don Gustavo a La Teja.
El hecho que tiene a don Gustavo y a su familia con el corazón hecho pedazos sucedió la madrugada del pasado sábado en Guayabos de Curridabat, cuando Gustavo se encontraba en su carro, un Ford Explorer.
“Los ofendidos se encontraban dentro de un vehículo en un servicentro, cuando son abordados por tres sujetos, presuntamente con intenciones de sustraerles el vehículo y les dispararon en varias ocasiones”, dijeron en el OIJ.
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Gustavo murió luego de recibir seis impactos de bala en el pecho, mientras que su esposa, apellidada Guzmán recibió tres balazos en el estómago y tuvo que ser llevada al hospital Calderón Guardia.
Don Gustavo contó que su hijo y la esposa de este tienen una soda en Moravia, pero además de eso, Villalobos trabajaba a su lado haciendo remodelaciones, para así tener un ingreso extra.
“Nosotros trabajábamos juntos, yo soy electricista y él también, luego decidió trabajar en remodelaciones y ahí andábamos, yo ya le ayudaba poquito, pero siempre andábamos juntos”, contó el señor.
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En cuanto al carro que le robaron, don Gustavo recordó que su hijo estaba muy contento, porque aunque era un poco viejito tenía si acaso mes y medio de haberlo comprado, por lo que todavía lo estaba estrenando.
Don Gustavo y su familia les piden a las autoridades que se haga justicia por la cruel muerte de su hijo, pues él era una persona trabajadora y honesta que no se merecía esa muerte.