Lorena Artavia es de esas personas que renacen sin importar cuán difícil sea la situación.
Ella asegura que todas las personas enfrentamos pruebas, pero está en cada uno vencerlas o ponerse a llorar.
En 1982, cuando tenía 19 años y trabajaba para una empresa en la que hacían tinas de plástico, en Pavas, sufrió un violento accidente con una de las máquinas de la fábrica.
Metió la mano derecha para sacar una tina que estaba atorada y le quedó la mano prensada.
“Fue bastante feo, pero uno todo eso lo llora, lo grita, se deprime, pero lo supera. Yo solo tenía dos opciones: una era sentarme a llorar por el accidente y la otra tratar de salir de donde estaba y llegar a ser como era antes, tal vez no con mis dedos ni con la misma facultad en la mano, pero sí podía tratar de acomodar mi vida”, asegura.
Muy valiente
Cuenta que no fue fácil, pero siempre pensó en positivo.
Tanto así que cumplió su sueño de ser pintora y también anhela, para un futuro, darle clases gratis a personas que no puedan costear sus estudios.
“De todas las tragedias nacen las oportunidades, he tratado de salir adelante y superarme.
"Creo que uno todos los días debe superarse a uno mismo. Es como en la actualidad, que estamos enfrentando este virus del Covid-19, sé que cuando esto pase descubriremos más habilidades que tenemos y quizás las desconocíamos”, dice.
Menciona que cuando ocurrió el accidente llegó a pensar que se quedaría sola, pero qué va.
El amor verdadero la había flechado y a los 20 años se casó, luego tuvo a su primer hijo y sintió miedo de no poder atenderlo.
“Por un momento me vi frustrada porque no podía ni ponerme la ropa, creo que uno pasa por diferentes etapas cuando enfrenta estas situaciones
"Un día me regañé y me dije que tenía que aprender a vivir con lo que me pasó, desde ahí cada vez que no podía hacer algo lo intentaba de otras formas, además siempre estuve muy agarrada de Dios”.
“A mis hijos nunca les faltó nada de mis atenciones y más bien con ellos terminé de formarme como persona”, afirma.
A los 40 años entró a la Universidad de Costa Rica en donde estudió Recursos Humanos y ejerció.
Pero es una mujer que no se detiene y actualmente va por el tercer cuatrimestre de la carrera de Bellas Artes.
Se motivó porque hace unos siete años comenzó a pintar cuadros y muchos se le han vendido.
Esta valiente mujer concluyó diciendo que siempre la vida nos presenta razones para levantarnos de los golpes que experimentamos para tratar de ser mejores humanos.