Con una mirada llena de tristeza y muy decaído, así es como se encuentra un perrito de nombre Capitán por la desaparición de su querido dueño, don Ronald Esquivel, de 56 años, de quien no sabe nada desde el pasado sábado, día en el que habría sido arrastrado por la crecida de un río en Guanacaste.
Así lo contó a La Teja Andrey González, sobrino de don Ronald, quien explicó que esa angustia que se ve reflejada en la mirada del perro también es compartida por toda su familia, pues hasta el día hoy no tienen ni una sola pista sobre el paradero de su tío.
“El perrito no ha querido salir, ni nada, nosotros lo hemos visto como medio triste y decaído, uno piensa que los animales como él, algo tienen que saber”, dijo González.
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A don Ronald, quien se gana la vida trabajando en el campo, se le vio por última vez la tarde del pasado sábado 9 de noviembre en La Fortuna de Bagaces, en Guanacaste, cuando se dirigía hacia la casa en la que vivía con su hermana, la mamá de Andrey.
“No sabemos nada de él desde el sábado, como tipo 3 p. m., que se le vio pasar por las cámaras de la casa de mi hermano, él pasó al frente porque de ahí a unos 300 metros hay una parte donde él cruzaba el río cuando no esta tan lleno, para llegar a la parcela donde vivía con mi mamá. Todas las versiones que tenemos es que ese día él habría intentando cruzar el río Blanco estando este muy crecido y después de eso no se le ha visto más”, contó el sobrino de Esquivel.
Andrey dijo que la preocupación se apoderó de su familia la mañana del domingo, cuando se dieron cuenta que su tío no llegó a dormir, por lo que empezaron a buscarlo y se enteraron de que habría sido arrastrado por la corriente del río. Tras una incansable búsqueda el lunes presentaron la respectiva denuncia ante el Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
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“Generalmente él andaba con Capitán, que lo seguía a todos lados, pero el día que lo vimos en las cámaras el perro no iba con mi tío, el detalle fue que al día siguiente (domingo) el perro sí amaneció en la casa”, contó Andrey.
Según contó González, su tío acostumbraba a cruzar el río por ese sector para así llegar antes a su casa.
“Era un atajo que él tomaba, porque ir a dar la vuelta era muy largo y él estaba un poco mayor, además de que la vista no andaba muy bien y los pies le dolían mucho, entonces con tal de ahorrarse ese camino hacia allá a veces cruzaba por ese río”.
Además de la angustia que sienten por la desaparición del señor, sus seres queridos se sienten abandonados por las autoridades, pues aseguran que hasta este jueves los cuerpos de emergencia no han realizado una verdadera búsqueda en el río.