Luis Guillermo Varela Esquivel, un joven pescador de 21 años, murió después de chocar en su moto contra un toro.

La tragedia ocurrió este lunes 28 de diciembre, a las 7:26 de la noche en Morales de Chomes, Puntarenas.

Varela regresaba de Judas de Chomes luego de ir a dejar a su hermana a la casa de ella, él iba para Morales Uno, donde vivía, y cuando a estaba a unos cinco minutos de llegar se le cruzó un toro y no le dio tiempo de esquivarlo.

Varela falleció de camino al Hospital Monseñor Sanabria.

Yendri Ledezma, la mejor amiga de Luis, está recolectando dinero para que puedan sepultar a Camarón, como le decían de cariño, pues la familia de él es de escasos recursos.

Ledezma recordó que la última vez que lo vio fue unas horas antes de la tragedia, cuando varios amigos se reunieron en la casa de Camarón para contemplar un arcoíris.

“Fue como la despedida, él siempre pasaba sonriendo, sin importar lo difícil que estuviera su vida o si tenía problemas, de ese momento no tenemos fotos, porque estábamos disfrutando, hablando los amigos de siempre, sin saber que iba a ser la última vez”, comentó la mejor amiga.

Pulseador

Lucrecia Quesada, prima segunda de Varela dijo que él y el hijo de ella, César Gustavo Espinoza, eran muy unidos, este lunes en la noche ellos pretendían ir a playa Blanca en Chomes.

“Mi hijo me dijo que ellos andaban en la moto y decidieron ir a la playa, pero otro conocido los llamó y por eso Luis entró de nuevo rumbo al pueblo, lamentablemente donde ocurrió el accidente no hay alumbrado y chocó por detrás a ese animal.

“Mi hijo se salvó porque se bajó unos minutos antes de la moto, pero ahora él se arrepiente y me dice que hubiese preferido morir porque ellos eran inseparables”, mencionó la prima de la víctima.

Luis era el mayor de tres hijos, se dedicaba a la pesca y con las ganancias ayudaba a los papás con las necesidades de la casa.

“Era un muchacho muy esforzado, humilde y con un corazón inmenso, él le hacía cualquier favor a las personas, el papá de él padece de presión, entonces Luis era quien se hacía cargo de muchas necesidades, incluso dejó los estudios por trabajar”, recordó la prima.

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Aseguró que el supuesto dueño del toro se les acercó solo para decirles que había vendido al animal días antes, pero que el nuevo dueño no lo había ido a recoger y por eso lo dejaban a la orilla de la calle comiendo pasto.

“Solo se acercó para decirnos que se desentendía de todo, porque el toro no era de él”.

Varela no tenía licencia y la moto no tenía papeles porque el joven la había armado de a poquitos con lo que recibía de plata por los trabajos que hacía. Además, tampoco andaba casco, jacket ni espinilleras.