Un grupo de privadas de libertad del Centro de Atención Integral CAI Vilma Curling (Buen Pastor) en San Rafael Arriba de Desamparados se encargarán de confeccionar la vestimenta hospitalaria para la CCSS.
Según informó el Ministerio de Justicia este jueves 30 de abril, las presas recibieron 25 máquinas de coser que les donó el INA para cumplir con su brete.
Está ropa es indispensable para los médicos, pacientes y personal de los distintos centros de salud que están luchando contra el COVID-19.
“Este es un claro ejemplo de que Costa Rica puede, de que las instituciones trabajando juntas podemos no solo aportar al país para la atención sanitaria de la emergencia por el COVID-19, sino a su vez, dar una oportunidad para que las mujeres privadas de libertad adquieran destrezas y habilidades, o las perfeccionen, con miras a futuras oportunidades laborales, y con esto, hagan su contribución a los esfuerzos del país”, explicó la ministra de Justicia y Paz, Fiorella Salazar Rojas.
Las mujeres se encargarán de armar los uniformes y serán apoyadas por un sastre del Ministerio de Seguridad Pública. El INA les entregará las telas cortadas.
El ingeniero Luis Fernando Porras Meléndez, gerente de logística de la CCSS, explicó que con la ayuda de las mujeres van a aumentar la capacidad de producción.
“Sumamos líneas de producción y esto es realmente muy positivo porque podremos proveer más ropa a nuestros trabajadores en todo el país que hoy están en la primera línea de defensa contra la pandemia”, dijo el gerente.
Las privadas que fueron elegidas han estudiado en el INA o en academias privadas, otras tenían conocimientos porque cuando estaban en libertad se dedicaron a ese oficio. Los expertos del INA la semana pasada realizaron un diagnostico de la infraestructura del taller donde trabajan las mujeres, además de sus habilidades y sus destrezas. Además, las docentes del Instituto les dieron una capacitación para la elaboración de dicha ropa.
Las 20 mujeres recibirán un incentivo económico para ayudar a sus familias y les dieron una póliza de seguro.
“Agradecemos esta iniciativa porque demuestra, una vez más, la capacidad que tenemos para salir delante de esta emergencia uniendo fuerzas en todo el sector público y privado”, dijo Román Macaya Hayes, presidente ejecutivo de la CCSS.
El nuevo taller de producción y capacitación del CAI Vilma Curling tiene un costo aproximadamente de ₡500 millones y les permitirá a las presas aprender distintos oficios para reintegrarse a la sociedad en el momento en que salgan del tabo.