Sucesos

Reloj permitió que hermano identificara a piloto tico que murió junto a 12 personas en explosión de avión

Aeronave explotó en el aire cuando regresaban a San José

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Un lujoso reloj se convirtió en la prueba principal para identificar a un piloto costarricense que perdió la vida en un espantoso accidente aéreo que conmocionó al país.

Se trataba de Víctor Manuel Houed Carmona, de 28 años, quien falleció junto a otras doce personas cuando realizaban un viaje en avión de Nicoya, Guanacaste, hacia San José.

Debido al accidente, los cuerpos quedaron carbonizados, pero el reloj que Víctor Manuel llevaba en su mano izquierda estaba casi intacto; por lo que hermano menor, Antonio, lo reconoció.

Este terrible accidente sacudió al país el sábado 3 de mayo de 1947, hace 77 años exactamente.

Sr Carlos Houed Jiménez
Sr Carlos Houed Jiménez

Pese a que han transcurrido más de siete décadas de este siniestro, en la memoria de la familia Houed el recuerdo permanece vivo, especialmente en Carlos Houed Jiménez, de 79 años, hijo de Víctor Manuel.

Carlos tenía dos años y ocho meses cuando perdió a su papá, por lo que hasta hace unos años comenzó a tener unos flashazos en su memoria al recordar que su papá lo llevaba en bicicleta por el barrio México, San José, así como otros recuerdos fugaces.

Quizás desde que tenía cinco años comenzó a tener más uso de razón sobre lo que le pasó a su papá, por lo que conforme fue creciendo comenzó a guardar todo lo que estuviera relacionado a él, como fotos, credenciales y hasta los periódicos en los que informaban sobre la fatalidad.

Lo único que no pudo recuperar fue el reloj que andaba su papá, y supo de este, porque su tío le confirmó que le sirvió para identificar el cuerpo de su padre.

“Ellos murieron carbonizados porque el avión explotó en el aire, para poderlos identificar necesitaban algo, mi tío (hermano menor) era el único que estaba en la casa y lo identificó al ver el reloj tan fino que llevaba puesto.

“Mi tío estaba tan impactado que en su vida nunca quiso comentar cómo quedó mi papá, solo dijo que lo identificó por el reloj”, manifestó Carlos.

Sr Carlos Houed Jiménez

Víctor Manuel murió el día que no le tocaba pilotar, estaba en su día libre, pero un amigo lo llamó y le pidió que lo cubriera, porque el día antes se había dado una fiesta y estaba de goma.

Víctor era tan bueno que casi nunca decía que no, cubrió a su amigo y pilotó, junto a Enrique March Palau, una avioneta bimotor TI-84 de la empresa TACA.

Medios de comunicación de ese entonces como La Nación y el Diario de Costa Rica informaron que los pilotos salieron de la pista de La Sabana a las 9:20 a.m., llegaron a Puntarenas y de ahí salieron hacia Nicoya, Guanacaste.

El vuelo hasta ese momento estuvo tranquilo, sin ningún contratiempo, sin embargo, al aterrizar en la pampa guanacasteca a las 10:45 a.m., se percataron que tenían problemas en el motor izquierdo, por lo que avisaron por radio a sus compañeros en San José.

Víctor y Enrique, además de aviadores, eran mecánicos y junto a ellos viajaban sus compañeros Manuel P. Delgado, de 20 años, y Frankling Romero Rojas, de 33, quien viajaba junto a su esposa y tres hijos, la familia disfrutaba de los pasajes de cortesía que TACA les daba a sus colaboradores.

Juan Pablo Rojas fue uno de los nicoyanos que presenció el siniestro, él le explicó al Diario de Costa Rica lo que vio.

“El piloto habló por radio con don Paco Morán, este les dio la orden de no tocar el avión. Pero los dos pilotos y los otros dos mecánicos trataron de arreglarlo, estuvieron dándole por una hora y 45 minutos, hasta el piloto March le dijo: ‘que eran buenos mecánicos de aviación’ y le ordenó a los tripulantes subir al avión”, señaló.

Entre los pasajeros iba un hombre de nombre Jesús Arrieta, quien era un reconocido ganadero de Puntarenas; antes de subirse, Rojas le preguntó si no le daba miedo abordar ese avión y este hombre le dijo que sí, tan solo unos minutos antes de ser parte del siniestro.

“Dijo que sí le daba miedo subir, pero que le urgía llegar pronto a su destino”, recordó Rojas.

Sr Carlos Houed Jiménez

El TI-84 alzó vuelo con normalidad, avanzó unos kilómetros, pero el motor izquierdo nuevamente comenzó a fallar y hubo chispas.

En cuestión de segundos toda la parte delantera alzó en llamas, la aeronave no se pudo sostener en el aire y se desplomó en el cerro Pedernal.

Los lugareños vieron cuando las llamaradas se formaron en el aire y escucharon el estruendo que hubo en esta zona rural, a caballo y a pie se comenzaron a mover los vecinos con el fin de tratar de ayudar a los tripulantes, pero fue imposible, las llamas eran muy intensas.

Cuando lograron apagar el fuego, le pusieron a las víctimas sábanas blancas.

TACA dispuso de dos aviones en los que enviaron a los doctores Orlich y Cubero, así como dos enfermas, el inspector Calderón, dos mecánicos y el gerente de la empresa de apellidos Kruce, no obstante cuando llegaron se enteraron de que no había nada que hacer.

Sr Carlos Houed Jiménez

Los empleados de TACA contaban con amplios currículos para los vuelos, Víctor Manuel se había graduado en México como piloto.

El periódico La Tribuna informó que Víctor Manuel se graduó como piloto, el 5 de noviembre de 1940, pero comenzó a trabajar en TACA como mecánico el 15 de abril de 1941 y el 27 de junio de 1945 lo ascienden a copiloto de la compañía.

Era graduado de la escuela Heroica Militar de México.

Enrique March, de 31 años, inició en la compañía aérea el 1 de diciembre de 1942 como copiloto, luego el 1 de febrero de 1944 ascendió a piloto.

El 1 de marzo de 1945 lo enviaron a Honduras y regresó a suelo tico el 16 de octubre de 1946.

Manuel P. Delgado, por su parte, trabajaba en la compañía desde el 13 de noviembre de 1943 como ayudante y luego ascendió a mecánico de aviación.

Mientras que Franklin Romer era tapicero. Él viajaba junto a su esposa, Daisy, y los hijos del matrimonio, Guiomar, Elsa y Hugo Alexis.

También viajaban en la aeronave Lisimaco Menardo Gómez Gómez, que iba a hacerse cargo de la Alcaldía de San Carlos y el ganadero Jesús Arrieta. Con ellos viajaba otro hombre de nombre Isaac Rodríguez R; los nombres de las otras dos víctimas no trascendieron en los medios.

Los restos de los fallecidos llegaron el mismo día del accidente a San José, en un vuelo que aterrizó a las 7:05 p.m., en La Sabana, San José.

Las trece víctimas fueron despedidas en la iglesia La Merced, luego los familiares procedieron a sepultarlas en diferentes cementerios del país.

Víctor Manuel fue sepultado en el cementerio General, en San José centro.

En investigaciones aéreas de Aviación Civil señalaron que en la base de datos solo hay accidentes registrados desde 1970 a la actualidad.

En los años 50 la aviación estaba en crecimiento y los pilotos lo hacían con brújula y reloj; en la actualidad los aviones están dotados de muchos más instrumentos que permiten una navegación aérea segura, además de radares.

En la actualidad los aviones son el medio de transporte más seguro.

Sr Carlos Houed Jiménez
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Alejandra Morales

Alejandra Morales

Bachillerato en Periodismo en la Universidad Internacional de las Américas y licenciada en Comunicación de Mercadeo en la UAM. Con experiencia en temas de sucesos y judiciales.

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