Costa Rica seguirá, al parecer, transitando en la ruta de muerte y dolor de los últimos años por como inició la violencia en enero de este 2025.
Randall Zúñiga, director del OIJ, le confirmó a La Teja que el panorama podría terminar igual que en los últimos dos años, en los que hubo 905 homicidios en el 2023 y 880 en el 2024.
Si vemos los datos de los años anteriores a la administración de Rodrigo Chaves, la cantidad de asesinatos era mucho menor: el 2022 cerró con 654 homicidios; el 2021 con 588 y el 2020 con 570.
“La cantidad posible de muertos para el 2025 va a estar muy similar a lo que ha sucedido en los últimos dos años, una cifra alrededor de 850, 900 homicidios, de pronto todavía falta tiempo para poder establecer una proyección más acertada, más exacta, apenas llevamos enero y faltaría ver el comportamiento de febrero e inclusive marzo para tener una línea que nos permita determinar cuánto es lo que terminaría el año”, señaló Zúñiga.
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Víctima inocente
Uno de los casos de agresión más recientes es el de una muchacha de apellido Pinnock, de 21 años, quien se convirtió en otra víctima inocente de la crueldad en este país.
La joven sufrió un balazo en el abdomen cuando se encontraba en la segunda planta de la casa en la que vive, en barrio Los Lirios, en Limón.
El ataque fue reportado a las 4 p. m. de este martes 28 de enero.
“La ofendida se encontraba dentro de su vivienda en un segundo piso cuando aparentemente en la parte trasera, entre dos propiedades, se dio una balacera, uno de estos disparos ingresó a la propiedad de la víctima”, señalaron las autoridades.
La mujer fue llevada al hospital Tony Facio de Limón, donde permanece internada.
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No hay balas perdidas
Zúñiga argumentó por qué no está de acuerdo con el término de bala perdida.
“Ninguna bala es perdida, no es que la bala a usted se le cayó y se la encontraron botada en un basurero o debajo de la mesa, son balas que se percuten y que lastimosamente matan a alguien más, no estoy muy convincente con la frase de bala perdida y tienen la misma capacidad de matar que cualquier otra bala”, afirmó Zúñiga.
El martes 21 de enero pasado, una bala alcanzó a José Sebastián Esquivel Herrera, de 23 años, en Loto 2 de Desamparados; se trató de otra víctima inocente que falleció.
También, en enero de este año mataron a dos niños inocentes, la noche del 24 de enero mataron a un niño de 11 años en barrio San Martín de Nicoya, Guanacaste, y el 9 de enero asesinaron a una niña de 7 años en los brazos de su mamá en Los Chiles, zona norte del país.
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Por ninguno de estos hechos hay detenidos.
Hasta este miércoles 29 de enero el OIJ contabilizaba 68 homicidios, dos fallecidos más en comparación con el mismo periodo del 2024.
Randall Zúñiga, director del OIJ, ha señalado que lastimosamente estamos en medio de una ruta de muerte.
“Más acciones en personas vulnerables, solo en este año son por lo menos cinco víctimas colaterales, que es muy por encima que el año anterior, todo esto a uno le dice que hay un cambio en la naturaleza del ser costarricense, la criminalidad no respeta nada y lo mínimo que tendríamos que hacer es generar los insumos suficientes para que los cuerpos policiales puedan dar esa respuesta tan decidida”, señaló Zúñiga.
No obstante, el Gobierno no aprueba presupuesto para que el OIJ pueda seguir enfrentando a grupos delictivos responsables de estas muertes.
San José también es una de las provincias que también se ha visto perjudicada, pues han sacado agentes del OIJ y los envían a otras provincias como Limón y Puntarenas para que traten de resolver la problemática de seguridad en estas zonas.