El 9-1-1 recibe frecuentemente llamadas en las que se informa de pleitos y la mayor parte se hacen desde San José.
Parece haber crecido el número de gente que graba esa broncas y las sube luego a las redes sociales. Uno de los videos más frescos es de un pleito que ocurrió este martes 4 de mayo a las 9 de la noche en Purral de Goicoechea, donde dos mujeres se dieron de golpes por una lata de atún.
Marco Sandí, un policía de la zona, informó que cuando ellos llegaron a atender la situación se toparon con un montón de gente en la calle.
“Posiblemente una le pidió un atún a la otra y esta no se lo devolvió y la Policía intervino. Últimamente parece que están de moda las riñas entre mujeres y todo el mundo llega a hacer barra y a grabar, que es lo principalmente hace la gente”, manifestó el oficial.
La vergonzosa situación ocurrió entre las zonas conocidas como Los Cuadros y Fotos Leo.
Quienes se peleaban el atún eran dos muchachas entre los 20 y los 25 años, ninguna fue detenida y las autoridades se mantuvieron un tiempo prudencial en el lugar para evitar algo mayor.
Entre enero y lo que llevamos de mayo, al 9-1-1 han entrado entre 2300 y 2600 llamadas por mes que informan de por pleitos solo en la capital. El total de casos va ya por los 10.202.
La segunda provincia con más bochincheros es Alajuela, que registra 4.760 y luego Puntarenas, con 2.494 reportes.
En El Roble de Puntarenas, un área también afectada por ataques mortales, alguien grabó un agarronazo entre una embarazada y otra mujer. En un incidente parecido se ve a una madre que lleva a un niño de unos 3 años sentado en una bici de adulto; otra mujer se acerca y la golpea y el chiquito cae y entonces la que llevaba jalada la bici se va a los puños con la que atacó primero.
“Veo, disfruto y no me meto”
Arnoldo Mendoza, vicepresidente del Colegio de Profesionales de Sociología, explica que los niveles de violencia van en aumento y algunas personas se comportan como voyeristas, es decir, disfrutan viendo lo que hacen otros y nunca participan.
“Los niveles de violencia nos están involucrando a todos, no solo a los hombres. Nuestra sociedad no ha trabajado en disminuir la violencia, pero es obvio que con esto de la pandemia no se ha podido realizar de la mejor manera. Antes se trabajaba en los centros educativos sobre temas de valores, protección de abusos y violencia”, mencionó.
El profesional explica que detrás de los videos de pleitos hay niveles altos de frustracción, tristeza, cansancio y preocupación por lo que se ve en las noticias o problemas con el trabajo. Hay quienes no logran manejar esos sentimientos y explotan con facilidad.
“Nuestra sociedad está enferma y eso nos afecta a todos. No estamos resolviendo nuestros problemas de una forma asertiva (conversando, buscando soluciones), es más fácil pegarle a cualquier persona y pensar ‘ya me desquité' y no importa si me jalaron el pelo, porque pienso que yo también le dí”, detalló.
Y, claro, no podemos dejar de lado a los carboneros, esos que en vez de buscar la manera de parar un pleito calientan el ambiente para que ocurra. El resultado es con frecuencia un circo romano, gente rodando por el suelo y sin resolver los problemas de fondo.
“Esto lo vemos desde los colegios hasta en los adultos, luego suben los videos a las redes sociales para que más gente lo vea, tenemos una cultura voyerista: veo, disfruto y no me meto”.
Las autoridades hacen un llamado a controlar el carácter porque algo que comienza como un intercambio de sopapos podría acabar en una tragedia.