Las fotos y los videos de las graduaciones de este mes de diciembre han llenado de nostalgia a doña Yiliana Bonilla, pues su hija Yenedith Adelay Bastos Bonilla hubiese recibido su título de bachiller en estas fechas.
“Ella se me hubiese graduado, porque iba muy bien académicamente, era muy centrada, qué niña más inteligente tenía, su meta era ser bachiller, también soñaba con muchas profesiones, pero no tenía ninguna definida, su prioridad era terminar el colegio y también viajar al extranjero”, recordó su mamá.
Yenedith es una de las víctimas inocentes que murieron en manos de sicarios durante este año, ella era una adolescente de familia, estudiosa, con sueños por cumplir, pero fue alcanzada por las balas perdidas cuando el ataque era para otra persona.
“He visto fotos de las graduaciones en los estados de las redes sociales y es inevitable pensar que mi hija también hubiera disfrutado de ese momento, se esforzó tanto y le faltaba poco para cumplir ese sueño”, expresó doña Yiliana.
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La joven, de 16 años, murió al recibir los disparos cuando estaba dentro de su casa en barrio Limoncito de Limón, la noche del pasado miércoles 10 de julio.
“Es una lucha constante, pero Dios me ha dado las fuerzas para continuar, mi familia me pide que hagamos alguna actividad, pero para mí eso ya no existe, no está la misma alegría, mi hija mayor me dice que no piense así, pero es difícil”, manifestó esta madre.
Cinco meses han pasado y la herida sigue abierta para la familia, en medio del dolor decidieron vivir la Navidad, pues era una de las épocas que más disfrutaba la adolescente.
“No iba a poner árbol de Navidad y cuando me di cuenta mi hija mayor lo trajo (un árbol), ella me dice que es algo que disfrutaba Yenedith y le encantaba estas fechas, no había llegado noviembre cuando ya estaba pensando en diciembre, mi otra hija lo decoró, ella sola lo puso, porque yo no iba a decorar nada”, mencionó.
De Yenedith conservan algunas pertenencias, otras las regalaron, pues para la mamá era muy doloroso estar viendo sus cosas y hasta el cuarto sin tenerla a ella presente.
“Algunas cosas se las obsequié a una primita que era como la hermana de ella y eran de mucho valor, a mi familia también, el cuarto de ella era una tortura, al ver que estaban todas sus cosas allí, recordaba las veces que le tocaba la puerta para que se levantara y llegara a tiempo al colegio, era muy difícil.
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Mamá de colegiala asesinada vive sin rencor
Pese a todo el dolor de que le arrebataran a su hija, ella piensa en las mamás de los responsables que dispararon contra su muchacha y prefiere vivir sin rencor.
“No sé si el OIJ ha tenido algún avance en la investigación, yo no pude ver nada de los agresores y no me voy a poner a pensar en quién me la quitó, lo que me da satisfacción es que ella está en el cielo y Dios lo ve todo, así de simple.
“No le puedo desear el mal a nadie porque la persona que hizo eso (se refiere al tiroteo) tiene mamá y sea como sea es un daño y no quisiera que sufran así como lo que yo debo enfrentar”, expresó.
Yenedith se encontraba en el corredor de su casa disfrutando de un juego de mesa con varios de sus familiares cuando pasaron caminando tres sujetos, y de repente llegó una motocicleta con otros dos hombres, cuando los caminantes se percataron que iban por ellos, uno de ellos ingresó a la vivienda para escudarse, en ese momento se dio la balacera y la joven quedó en línea de fuego.