Katherine Tatiana Smith, una de las sospechosas de asesinar al empresario italiano Stefano Calandrelli, dice temer por su vida y la de sus parientes.
Asegura que ha recibido amenazas mientras ha estado presa (desde el 19 de mayo del 2018), cuenta que la han llamado a los teléfonos públicos del centro penal y que han ido hasta la casa de su familia, en Limón.
La mujer, de 25 años, señaló que dos de los responsables de sembrar ese temor son los mismos hombres a los que recibió en su casa paya ayudarles y que figuran también en la lista de sospechosos del crimen de Calandrelli, que son de apellidos Mckenzie Banton y Rivas Suazo.
Ante esta situación, dice, ha tomado medidas para no exponer a su seres queridos.
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Durante este tiempo también perdió a su amiga (la otra sospechosa), quien se alejó luego de que ambas fueron encerradas.
Además confesó que dentro de la casa donde se habría llevado a cabo el asesinato del empresario (en San Joaquín de Flores, en Heredia) en el momento del ataque había otra mujer.
Ella solo la identifica como Paulina, de 69 años, y quien se encargaba de limpiarle la casa. No obstante, asegura que la señora no se dio cuenta de nada porque estaba durmiendo.
A esa persona la Fiscalía no la vincula en el proceso.
A otro de los detenidos, un hombre de apellidos Cerdas Sánchez, Smith lo defiende y dice que es inocente.
Esta es la segunda parte de la entrevista que la estudiante de enfermería le concedió a La Teja.
En diciembre cumplió 25 años, ¿cómo es festejar un cumpleaños en la cárcel?
Para una persona que no está acostumbrada a este tipo de vida es complicado, porque aparte de que uno está encerrado no es lo mismo. Mi vida dio un giro, no es nada bonito, la familia, los amigos y la vida de uno están afuera.
¿Su familia la visita, le traen a su hijo?
Sí, claro mi familia viene. Por el momento mi hijo no viene, por seguridad. Hay personas en la calle que simplemente están esperando ver un movimiento de uno para hacer algún atentado, entonces por seguridad prefiero que no venga.
¿Teme por su vida?
¡Claro que sí!
¿Ha recibido amenazas?
Sí, pero no soy una persona que va a poner una denuncia porque las leyes de Costa Rica no salvaguardan la protección de las personas.
¿Cómo han sido estas amenazas?
Por teléfono, han llegado a mi casa a amenazar a mi familia, tal vez de amenazas no van a pasar por el momento, porque todavía no he declarado. Pero sí recibo llamadas en las que dicen “su hijo está en tal lado”.
¿Aquí usted puede dormir?
En el módulo en el que estoy en estos momentos, sí. Pero al principio no podía, lloré casi mes y medio para poder dormir.
¿Qué extraña de la libertad?
Estudiar, el gimnasio, trabajar, ver a mi hijo, las tardes con él. En realidad, todo.
¿Cuál es su rutina en el centro penal?
Me la paso en la celda, saco la basura, leo libros. Cuando hay actividades recreativas salgo.
¿Ha tenido problemas con alguna otra privada de libertad?
Gracias a Dios soy una persona muy flexible, pienso tres veces las cosas. No me dejo llevar por los impulsos. Trato de evitar todo lo que pueda los problemas.
¿A usted le dolió la muerte de Stefano?
Sí, me dolió mucho, no le voy a ser hipócrita, me duele aún más saber y ver que hay personas en la calle que cometieron semejante daño y están libres.
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El OIJ dice que usted y a su amiga son las responsables de la tortura
(Se sorprende, se echa para atrás) Puedo entender en este momento que todo caiga encima mío, era mi casa, mi teléfono, mi red social, pero de eso a que yo lo haya torturado tienen que tener pruebas suficientes. Tendrían que tener huellas, porque por indicios no se pueden basar para culpar. Yo no estuve en mi casa en el momento que eso pasó.
¿Sabía que las autoridades tenían una denuncia por la desaparición de Stefano? (en mayo anterior)
Incluso recibí una llamada del ’800 no sé qué' (antes de que la detuvieran) y les dije ‘si gustan me presento y doy mi declaración’, pero me dijeron que no era necesario, que solo estaban investigando porque yo había sido la última que vio a Stefano.
¿Por qué usted se fue para Limón aquellos días?
(Después de recibir la llamada) Les dije a ellos (los demás sospechosos) que mi bebé estaba muy enfermo y tenía que llevarlo al pediatra. Les dije que iba a irme con mi amiga (la otra acusada), pero me dijeron que no, que si iba lo hacía sola. Me dijeron: ‘Ella se queda aquí, así nos aseguramos que usted no va a hablar, porque si usted habla la matamos a ella’.
¿Qué le dijeron cuando la detuvieron?
A mí me detuvieron en Limón y me traen acá (a San José), a mí no me dicen por qué me traen. A mí solo me dicen que es por una investigación que se está haciendo. Venía en un puro temblor, no le voy a decir lo contrario. Ahí decían (los investigadores) ‘se cayó la banda’, yo les dije '¿cuál banda? y ellos me dijeron ‘ahí se va a dar cuenta’.
Un compañero suyo de trabajo también es sospechoso del crimen.
A mí ellos me exigían que debía conseguir gasolina. Por eso mi compañero (Cerdas Sánchez) llevó, pero ahí (dice el nombre del sospecho) Rivas le montó las bolsas en la cajuela y lo hizo ir a botar eso sin conocimiento de lo que llevaba en la cajuela. Ese es otro de los detenidos que no tiene absolutamente nada que ver en esto.
(Las bolsas a las que se refiere son unas en las cuales la Policía encontró ropas llenas de sangre).
Usted asegura que su amiga, su compañero de trabajo y usted están viviendo una injusticia, ¿no cree que la injusticia la vivió el empresario?
También, por supuesto. Tanto él como estas tres personas que no tienen nada que ver. Traté de ayudar (a los sospechosos que ahora la amenazan) para que tuvieran un trabajo digno y dejaran de trabajar en construcción. Nunca esperé que me pagaran tan mal, que involucraran a personas que no tenían nada que ver esto (homicidio) y además quitarle la vida a un ser humano que nunca les habría hecho nada. ¡No es justo para ninguna de las partes!
A usted la involucran con otras tres desapariciones de hombres en las que, al parecer, hubo un pagos de por medio y no fueron asesinados.
¿Qué?, eso lo desconozco totalmente, hasta ahorita lo estoy escuchando.
¿Qué le diría hoy a la familia de Stefano?
Me pongo en el lugar de ese niño, de esa madre, de sus hermanos y la verdad es que no hay palabras. Nadie sabe lo que es vivir lo que esta familia vivió y no hay nada peor que sentirse culpable por algo que uno no ha hecho.
¿Usted mantiene la amistad con la otra sospechosa?
(Suspira) Sí y no. Ella se alejó, me dolió un montón, obvio. Digamos que no es como antes, pero también la entiendo, estamos presas por algo que no hemos hecho, entonces ¿cómo se va a sentir una persona sabiendo que las personas que hicieron lo que hicieron están en la calle? Nos tienen como si fuéramos lo peor de lo peor.
La Teja también le solicitó una entrevista a la amiga detenida de Katherine, pero no aceptó.