La última petición que Wendy Sánchez Marín le hizo a su tía Sandra Umaña era que la visitara en su casa para celebrar el cumpleaños número 10 de Enyel Angulo Sánchez, hijo menor de Wendy.
Doña Sandra le dijo que no iría pues siempre salía muy cansada del trabajo, que otro día los visitaría; su sobrina Wendy le insistió, pero al final la tía no fue.
Esa decisión de no asistir ahora pesa sobre doña Sandra y quisiera devolver el tiempo para pasar con su sobrina, pese a lo cansada que se sintiera por las obligaciones del día a día.
Wendy y su hijo Enyel murieron ahogados en playa Esterillos, en el Pacífico Central del país, la fatalidad ocurrió la mañana de este sábado 27 de enero; tan solo tres semanas después de que Wendy le pidió a su tía que llegara.
“Enyel cumplía años el ocho de enero, llegó a sus diez años y mi sobrina Wendy le hizo una fiesta de cumpleaños y me invitó, pero como yo trabajo le dije que no quería ir porque me sentía muy cansada, ella me dijo: ‘porfis tía, venga’ y le respondí que no, que ahí iban a ir los otros tíos y primos que iban a compartir con ellos.
“Esto fue hace quince días y ahora estoy muy arrepentida porque tal vez hubiera sido la última vez que comparto con ella”, manifestó la tía.
Pese a ese dolor, esta tía se reconforta al recordar a su sobrina como una mujer feliz y completa, estaba disfrutrando la mejor etapa junto a sus hijos y esposo.
“Wendy era muy especial, dedicada a su familia y trabajo, ella me quería también muchísimo y era como una hija para mí, al igual que mis demás sobrinas, que son muy especiales en mi vida”, manifestó la familiar.
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Al parecer mamá intentó salvar hijo
Doña Sandra se enteró de la tragedia porque la mamá de Wendy la llamó para decirle de la fatalidad.
Lo que sabe la tía es que Wendy, junto a su familia, pretendían disfrutar del último fin de semana antes de entrar a clases y en apariencia la última acción de esta mamá era salvar a su hijo cuando eran arrastrados por las olas.
“Supuestamente ellos hicieron el paseo porque ya iban a entrar las clases y al parecer mi sobrina trataba de salvar a su hijo cuando pasó todo”, manifestó doña Sandra.
El niño es recordado como muy juguetón y siempre pasaba junto a sus papitos.
Doña Sandra asegura que por nada se perderá del funeral de su sobrina y del niño, ahora valora con mucha más razón los momentos de compartir junto a sus seres queridos, sin importar el cansancio.
Wendy, de 34 años, siempre le trató de externar a sus seres queridos lo mucho que los amaba y así se nota en las últimas publicaciones que hacía en sus redes sociales, además vivía agradecía porque desde hacía siete años contaba con la propia casa para su familia, en La Isla de Moravia, San José.
La mañana de este lunes 29 de enero los familiares permanecían en el Complejo de Ciencias Forenses reconociendo los cuerpos de sus seres queridos, para despedirlos.
Madre e hijo murieron arrastrados por una corriente de resaca cuando estaban en la playa.