El costarricense Álvaro González Montoya fue asesinado en 1988 por Dorothea Puente, una malvada mujer que vivió en California, Estados Unidos, y acabó con la vida de ocho personas más.
En el patio de su casa, Dorothea enterró a siete de sus nueve víctimas, incluido el tico.
Sin embargo, Bert Montoya, como era conocido Álvaro en aquel país, sigue “vivo” en Costa Rica. Al buscarlo en el Registro Civil aparece que actualmente tiene 85 años. Además tiene registrados dos números de cédula distintos, ambos se inician con 9.
— Dorothea Puente recibía a personas con problemas mentales o de adicción en su casa y luego los mataba para dejarse los cheques del seguro social que estas personas recibían.
Esto no se debe a un error en el sistema del Registro Civil, es consecuencia de que los familiares más cercanos de Álvaro no informaron su muerte a las autoridades costarricenses.
Así lo explicó Luis Guillermo Chinchilla, oficial mayor del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE).
“Si la persona fallece en el extranjero y no hay una comunicación con el Registro Civil acerca de esta situación, aquí no podemos generar una defunción hasta que no tengamos la documentación pertinente”, dijo.
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Están a tiempo
Chinchilla explicó que los familiares de Bert aún están a tiempo de solicitar ante el Registro Civil la inscripción de la defunción; si se encuentran en el extranjero pueden hacer el trámite en el respectivo consulado de Costa Rica.
“Eso es un proceso que se llama declaración tardía de defunción y lleva una serie de requisitos, como es traer el certificado de defunción si fue en el extranjero debidamente apostillado, traducido al español y de esa manera nosotros generamos el procedimiento, el cual es muy sencillo, lo que se hace es incluir en el asiento registral la defunción y dejarlo como fallecido”.
Según el funcionario del TSE, este trámite deben hacerlo familiares cercanos porque las autoridades extranjeras, en este caso de Estados Unidos, no suelen informar a otros países sobre el fallecimiento de extranjeros en su territorio.
— Los restos de Álvaro González Montoya fueron enterrados en el cementerio católico Saint Mary’s, en Sacramento, California.
Inscripción doble
El pasado de Bert en Costa Rica sigue siendo un misterio, la única información que se tiene de él es que nació el 8 de setiembre de 1936 en San José.
Sin embargo, su nacimiento no fue informado al Registro Civil hasta 1957, cuando Álvaro tenía ya 21 años.
Otro detalle que llama la atención es que en ese mismo año (1957) dos personas --que no eran los padres de González-- se presentaron en los meses de junio y octubre para hacer la inscripción de su nacimiento.
“Uno fue un señor llamado Mario Soto y el otro fue un señor de nombre Carlos Luis Rojas. Pareciera que no eran familiares de él, pero ese trámite lo podía hacer cualquier persona, en este caso estos señores lo que aportaron fue una fe de bautismo”, explicó Chinchilla.
— Álvaro González tenía 16 años cuando viajó con su familia a Estados Unidos. A esa edad le diagnosticaron esquizofrenia y fue internado en un centro médico donde recibió terapia de choques.
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Doble cédula
Por esta situación es que Bert contaba con dos números de cédula distintos.
Chinchilla recuerda que en aquellos años no se contaba con herramientas tecnológicas para comprobar si ya se había iniciado un proceso de inscripción, por eso ambas solicitudes fueron procesadas.
“El nacimiento al que se la asigna el 9 como primer número de la cédula obedece a una declaración de nacimiento tardía, que en este caso no fue por los padres”, añadió oficial mayor.
Chinchilla dijo que iniciarán un proceso de análisis de la doble inscripción para determinar cuál sería la oficial para Bert porque hay datos diferentes en cada certificado. En uno se dijo que al momento de su nacimiento sus padres tenían 20 y 23 años y en el otro se indicó que tenían 32 y 35 años.