Fin de semana largo es una frase que para muchos suena a fiesta, a tirársela rico en la casa sin hacer nada pero para un grupo de gente solidaria significó ayudar a familias de Guatuso afectadas por el temporal reciente.
Un grupo de trabajadores del hospital de Upala había hecho planes para disfrutar los días libres, pero las inundaciones les hicieron ver que había otras prioridades y pusieron manos a la escoba y a la pala para colaborar con quienes tenían sus casas llenas de agua y barro.
Además, en el hospital recogieron alimentos para también ayudar con eso.
Daniela García Aguirre, Jorge Mario Lanza Trigueros, Maximiliano Aguilar Chacón, Evelyn González Chamorro y Alexandra Fernández Jaén hicieron un lindo equipo y con las botas puestas, baldes y mangueras demostraron que la solidaridad es un valor que sigue muy vivo entre los costarricenses.
Evelyn González, farmacéutica con 13 años de servicio en la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), dijo: “Es una forma de retribuir lo que hicieron por nosotros cuando el huracán Otto azotó Upala. Devolverles la sonrisa a las personas, entre tanto dolor y llenarlos de esperanza, la verdad es muy gratificante.
“Tuvimos apoyo de muchas personas usuarias y compañeros; hicimos un llamado a los conocidos por medio de WhatsApp y creamos un centro de recolección en la farmacia. Se nos sumó la ayuda de tienda La Chepa, que donó ropa, zapatos, uniformes escolares y colegiales y otras cositas. La CCSS nos ha enseñado a trabajar en comunidad y eso es lo que promovemos en nuestro cantón”, añadió.
Alexandra Fernández, técnica en farmacia, agregó: “En Guatuso están pasando situaciones que comprendemos muy bien porque ya estuvimos en su lugar. Darles apoyo, hacerlos sonreír y devolverles su casita limpia es una forma de decir sí se puede y no hay tormenta que no se pueda sobrepasar.
“Muchos de los que fuimos a limpiar casas nos quedamos con lo que teníamos puesto cuando se dio lo de Otto (el huracán), pero esto nos ayudó a creer que sí se puede, levantarse después de perderlo todo es posible. Es un asunto de fe, esperanza y lucha”.
De la misma forma, el doctor Andrés Ávila, se alegró de cómo le pusieron bonito a la limpiada. “Qué satisfactorio es servir e ir más allá de lo que nos corresponde como funcionarios”, dijo el médico, quien es el director del área de salud y el hospital upaleño.
Cuando estos trabajadores de la salud hablan del huracán Otto se refieren al primer huracán que entró con su ojo a suelo costarricense (en noviembre del 2016) y dejó una huella de destrucción y muerte, golpeando muy fuerte a los cantones de Bagaces, Los Chiles, Upala, Guatuso y Liberia.
De acuerdo a los datos oficiales, Otto provocó enorme destrucción y muerte: 10 fallecidos, más de 10.831 personas afectadas directamente, 3.400 personas en albergues, 412 comunidades con algún tipo de afectación, daños en 2.778 kilómetros de carreteras, 8 puentes y 1.598 viviendas; con pérdidas económicas que superaron los 106 mil millones de colones, la mayoría se dieron en Upala.