En una situación de peligro, muchas personas buscarían resguardar su vida sin preocuparse por los demás, pero ese no fue el caso de Hannia Guido Hernández, quien en medio de una balacera en un supermercado, hizo todo lo posible por evitar que una mujer y una niña resultaran heridas.
Guido, de 43 años, estuvo a punto de perder la vida en ese incidente, pues una bala perdida la impactó en el pecho derecho, causándole graves daños. Ella asegura que fue Dios quien le regaló una segunda oportunidad para continuar con vida.
“Me di cuenta que uno de los delincuentes venía hacia adentro (del supermercado), en ese momento dije: ‘¡Ay, Dios mío!, adentro no’. Yo hice como a correrme hacia el lado izquierdo, donde había una señora con una niña, mi reacción como madre fue empujarlas y ahí fue cuando yo sentí el balazo”, contó Guido A La Teja.
“Yo no tenía ni nueve minutos de haber llegado a ese negocio”
— Hannia Guido, sobreviviente a balacera.
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Hannia es la mujer que el miércoles 15 de febrero de este año resultó herida cuando un gatillero desató una balacera dentro del supermercado La Paz, en San Rafael de Alajuela, al tratar de asesinar a un joven que se había refugiado en ese local.
Segundos antes, el sicario había acabado con la vida José Merlo Maldonado, de 20 años, y quien viajaba en una moto junto al joven que se escondió en el súper, quien también terminó herido al recibir un disparo en una nalga.
Estaba trabajando
Guido contó que ese miércoles 15 de febrero llegó al mencionado supermercado como parte de su trabajo, pues ella labora para una empresa que vende distintos tipos de productos a locales como este.
“En ese momento el chino, que es el que siempre me atendía, no se encontraba, entonces le di las facturas a la china y le pregunté si él necesitaba productos o si me podía ayudar con el pago de las facturas, entonces ella se fue a preguntarle.
“Me quedé muy cerca de la entrada y en eso llegó la china y me dijo que le diera tiempo. Ahí fue que se empezaron a escuchar las detonaciones en la calle”, recordó Guido.
Hannia alcanzó a ver que la situación se dio debido a que dos jóvenes en moto fueron interceptados por otros dos sujetos, también en motocicleta, que les dispararon a quemarropa.
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Reaccionó pese al temor
Al ver que uno de los delincuentes se dirigía hacia el interior del negocio para tratar de acabar con la vida de su objetivo, Guido trató de esconderse y fue ahí cuando se encontró con la mujer y la niña.
Ella dijo que las empujó movida por su instinto maternal y también por obra de Dios.
“Yo soy una persona que cuando me asusto no reacciono, me quedo como paralizada, y por eso yo digo que todo lo hace Dios, porque pude hacer eso para tratar de protegerlas”.
“Yo digo que fue Dios, porque yo siempre me paralizo y esa vez no fue así”
— Hannia Guido, sobreviviente a bala perdida.
Segundos después, Annia empezó a sentir mucho dolor entre su pecho y espalda, era tanto que terminó por desplomarse en el suelo del supermercado.
Según Guido, Dios puso varios ángeles a su alrededor en ese momento, uno fue la señora que no se despegó de ella hasta que llegó la ambulancia y otro fue la cruzrojista que la atendió mientras era llevada al hospital San Rafael de Alajuela.
“A la cruzrojista que me atendió en la ambulancia, que se llama Magaly, le tengo un aprecio muy especial, porque ella oró por mí, me preguntó si creía en Dios y yo le dije que lo amaba y era mi padre celestial, entonces siento que ese momento que tuve con ella, en el cual pudimos orar y arrepentirme de mis pecados, fue un regalo que Dios me dio”.
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Murió dos veces
Hannia contó que Dios debe tener un propósito con ella, por lo que pasó de camino al hospital.
“Dios hizo un milagro enorme y maravilloso en mi vida, en la ambulancia me morí dos veces, me reservo lo que pasó en ese momento, porque pasaron cosas muy bonitas y sé que si Dios así lo quiso, es porque Él quiere que yo haga cosas que hacen falta. Me tuvieron que revivir dos veces”, detalló.
Guido pasó varios días en el centro médico y su recuperación fue muy difícil, pues la bala causó graves daños en varios de sus órganos, al punto de que aún sufre dolor debido a las secuelas que le quedaron.
“Yo sé que Dios me dio una segunda oportunidad para hacer algo hermoso”.
— Annia Guido, sobreviviente a bala perdida.
“Perdí el riñón derecho, me laceró el hígado, me perforó el colon y tuvieron que reconstruírmelo, además tenía una fisura en la vértebra L3, por lo que tuve que usar un corsé metálico hasta que la fisura soldara.
“Estoy aún con problemas de dolores en la espalda y mi pierna derecha, aparte del dolor, también se me duerme a tal punto que no la siento, o me dan dolores en diferentes partes similares a arratonamientos”.
Una nueva oportunidad
Con el apoyo de su familia y muchas personas cercanas, Guido ha logrado superar ese difícil capítulo de su vida, el cual ahora ve como el inició de una segunda oportunidad para hacer mejor las cosas.
“A mí mucha gente me ha dicho: ‘Es que usted estaba en el lugar equivocado’, pero yo siento que más bien estaba en el lugar correcto, porque si Dios me puso ahí, es porque Él tenía un propósito para mí. Crean en Dios, todo lo que pasa es porque Dios tiene un propósito para la vida de una”.
Guido dijo sentirse muy agradecida por el apoyo que recibió de sus pastores de la iglesia Maná y todas las personas que oraron por su salud y que incluso la ayudaron en lo económico.