Sucesos

Vivazos viajan a Nicaragua para traer medicamento que es usado como droga en el país

Hace unos días agarraron a un oficial de la Fuerza Pública tratando de meter 200 frascos de la medicina al país

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Un oficial de la Fuerza Pública que estaba en su día libre fue detenido este lunes en el puesto fronterizo de Peñas Blancas, con Nicaragua cuando intentó ingresar al país con un cargamento de frascos de droga ketamina, cuya venta es restringida en el país. foto cortesía de Policía de Control Fiscal

La Ketamina es un anestésico veterinario que algunos utilizan como droga, debido a lo anterior en Costa Rica solo se entrega con prescripción médica, pero muchos vivazos se las ingenian para adquirir decenas de frascos de este fármaco en Nicaragua.

Como saben que en Tiquicia es casi imposible conseguir esta sustancia de forma legal, los bichos han optado por irse de “paseo” a territorio pinolero, pues ahí el medicamento es vendido al público sin tanta regulación.

A raíz de lo anterior se explica el porqué las autoridades registran tantos casos de decomisos de Ketamina en la frontera norte, como el ocurrido el lunes anterior cuando un oficial de la Fuerza Pública de apellido López fue capturado con 200 frascos de la llamada “Special K”.

Allan Obando, director de la Policía de Fronteras, explicó que esta situación se viene dando desde febrero del 2014, cuando se encontraron por primera vez con un cargamento de 360 frascos de “Keta”.

“Ya hemos decomisados casi ochocientos frascos a la fecha, algunos en hallazgos y otros en decomisos. En Costa Rica la venta es restringida, pero tengo entendido que en Nicaragua se le vende a cualquier persona”, contó.

Tráfico aumentó

Guillermo Araya, director del Instituto Costarricense de Drogas (ICD), contó que la Ketamina fue regulada en el 2016 al ser incluida como un psicotrópico dentro de la lista de sustancias reguladas y controladas, pero esto no sirvió para ponerle un alto a los vivazos.

“Esta mayor regulación y control ha provocado que se diera un incremento en el tráfico ilegal de esta sustancia como lo hemos notado en los últimos años y especialmente en la frontera con Nicaragua”, añadió.

Incluso se han dado casos en los cuales los vivazos transforman la ketamina en polvo para hacerla pasar por talco. Foto MSP.

De acuerdo con el informe estadístico del ICD del 2018, durante ese año se realizaron 46 decomisos de Ketamina, sin embargo, no se precisó la cantidad de unidad pues el documento señala que las “cantidades están en proceso de estandarización”.

A esto se suman los datos aportados por la oficina de prensa del Ministerio de Seguridad Pública, los cuales indican que entre febrero del 2014 y febrero del 2018 la Policía de Fronteras decomisó 760 unidades de Ketamina, todas en presentaciones de 50 mililitros.

Accesible

Araya dejó claro que la Ketamina realmente no es una droga, sino lo que ellos llaman un medicamento desviado (para otro uso), que debido a su composición química se puede considerar como una droga sintética.

Esta puede producir sensación de estimulación, de flotar y salir ligeramente fuera de su cuerpo. El entumecimiento de las extremidades también es común.

Por tratarse de un fármaco, los vivazos puedan acceder a él con mayor facilidad que a drogas como la cocaína, por ejemplo. Además, debido a lo anterior, una dosis de un gramo, por ejemplo, tiene un valor de unos ¢3000.

Además de que tiene un valor muy por debajo de la cocaína (cuyo gramo puede costar más de ¢5000) la ketamina tiene un efecto más prolongado, ya que puede durar de dos a cuatro horas. La venta de este fármaco siempre lo han dirigido a un público muy joven y que busca experimentar cosas nuevas.

A corto plazo, la ketamina puede generar problemas en el sistema digestivo, náuseas y taquicardia, pero si se consume habitualmente puede afectar la memoria e incluso provocar que el sudor de la persona huela como a hule quemado.

Adrián Galeano Calvo

Adrián Galeano Calvo

Periodista de Sucesos y Judiciales en el periódico La Teja desde 2017. Cuenta con un bachillerato en Relaciones Públicas de la Universidad Latina y una licenciatura en Comunicación de Mercadeo de la UAM. En el 2022 recibió el premio a periodista del año del periódico La Teja.

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