Este 28 de octubre es el día de san Judas Tadeo, el santo de las causas difíciles, es decir, de los imposibles, hecho por lo que en el mundo entero se le rinde homenaje.
San Judas Tadeo, uno de los doce apóstoles de Jesucristo, ha ocupado un lugar destacado en la tradición cristiana, especialmente entre aquellos que buscan ayuda en circunstancias difíciles.
De acuerdo con el sitio Desde la Fe, su papel en la predicación y su cercanía con el Salvador son elementos que han perdurado a lo largo de los siglos. Su imagen, que a menudo incluye un medallón con la figura de Jesús, simboliza su profunda devoción y fe.
Este santo es conocido como el “Patrón de las Causas Imposibles”, un título que refleja la creencia de que sus fieles recurren a él en momentos de crisis extremas.
Es importante señalar que la confusión entre su nombre y el de Judas Iscariote, el apóstol que traicionó a Jesús, ha generado una percepción errónea sobre su figura. Sin embargo, la devoción hacia san Judas Tadeo se ha mantenido firme, sustentada por los numerosos relatos de milagros atribuidos a su intercesión.
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Oración a san Judas Tadeo:
“¡Oh venerado san Judas Tadeo! Siervo fiel y amigo de Jesús. Muchos son los que te honran y te invocan en el mundo entero, como el patrón de los casos imposibles y de las causas desesperadas. Ruega por mí, que me siento tan impotente y solo.
“Por favor, consígueme ayuda visible y rápida. Ven pronto en mi auxilio en este momento de gran tribulación que aflige a mi alma para que pueda recibir el consuelo y la ayuda del cielo en todas mis necesidades, pruebas y sufrimientos, particularmente en esta... y que pueda alabar a Dios contigo por siempre.
Te prometo, bendito san Judas Tadeo, que siendo siempre conscientes de este gran favor que me alcanzarás, que siempre te honraré como mi poderoso patrono especial, y fomentaré con enorme gratitud, tu maravillosa devoción. Amén.
¡Oh gloriosísimo apóstol san Judas! Siervo fiel y amigo de Jesús. El nombre del traidor que entregó a tu querido Maestro en manos de sus enemigos ha sido la causa de que muchos te hayan olvidado, pero la Iglesia te honra y te invoca universalmente como el patrón de los casos difíciles y desesperados.
Ruega por mí que soy tan miserable, y has uso de ese privilegio especial a ti concedido de socorrer visible y prontamente cuando casi se ha perdido toda esperanza.
Ven en mi ayuda en esta gran necesidad, para que reciba los consuelos y socorros del cielo en todas mis necesidades, tribulaciones y sufrimientos, particularmente en la que te presento a continuación...
Alcánzame lo que humildemente te pido para que pueda siempre, con todo mi ser y todo mi corazón, bendecir y alabar a Dios contigo y con todos los escogidos por toda la eternidad.
Te prometo, glorioso San Judas, acordarme siempre de este gran favor y nunca dejaré de honrarte como a mi especial y poderoso protector y hacer todo lo que pueda para fomentar tu devoción”.
Amén.