Sebastián Mendoza es un chef costarricense, que no solo encontró su vocación en la gastronomía, también en su capacidad para crear el Chilillazo una taquería en la que saca a relucir su pasión por la comida mexicana y que lo motivó a emprender con el negocio de los tacos.
Al principio, Sebastián inició haciendo tacos por encargo, así que sus amigos y familiares le hacían pedidos porque le quedaban riquísimos.
“La idea nació porque mi hermano empezó a hacer encargos de tacos mexicanos, hasta que un día le dije, Sebas tienes mucho talento, una taquería podría ser un negocio chivísima, así que lo apoyé y él se animó”, nos contó Roberto Mendoza, su hermano, con quien desarrolló el proyecto hace tres años.
Ambos son oriundos de San Antonio de Desamparados y justo ahí tuvieron su primera taquería y fue tanto el pegue que ahora que se trasladaron al Jardín de Lolita, la gente les reclama por qué se fueron del lugar, sin embargo, ha sido tanto el crecimiento de la taquería, que requirieron brindarle un mayor espacio a sus clientes, así que desde hace tres meses se ubican en barrio Escalante.
El Chilillazo tiene un nombre muy representativo de los hermanos Mendoza.
“El nombre del local es muy particular, como en San Antonio el tema de las mascaradas es tan tradicional, hicimos un juego de palabras entre el chile de la comida mexicana, y el chilillo que tradicionalmente se usaba para corretear a la gente, de ahí nace el Chilillazo”, contó Roberto.
Pese a su crecimiento, el local sigue manteniendo su esencia en ser una ventanita en la cual se compran los tacos, la única diferencia es que el lugar le ofrece un espacio a las personas para tomar asiento y disfrutar de su taco favorito.
Aparte de los tradicionales tacos mexicanos al pastor, de birria o de chorizo, que de paso, son deliciosos, ofrecen un menú muy variado, desde burritos, quesadillas, tortas como la famosa del Chavo, hasta uno que se ha convertido en el más cotizado como lo son las papas locas que tienen carne al gusto, pico de gallo queso y más delicias. También está el burro loco que viene cargado por dentro con papas.
Además, venden bebidas tradicionales como la horchata, jamaica, y un invento de la casa muy al estilo mexicano que es una mezcla de mango con jugo de naranja bien cargadito de tajín y es superrefrescante, vale la pena probarlo.
Si usted lee esto y se pregunta cómo estos dos hermanos logran cocinar algo tan tradicional de un país en el que no nacieron, se debe a que en serio Sebastián es un chef preparado que se ha dado a la tarea de aprender.
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De hecho, él y Roberto han visitado México para asegurarse de preparar los platillos, apegados a las recetas mexicanas, como tiene que ser. Además, han visitado varias veces México para mantener la esencia hasta tienen la olla la pastorela, utilizada en la cocina mexicana, que trajeron especialmente para eso.
Aparte de lo rico que es todo, los precios lo hacen mucho mejor, imagínense que los precios van desde los 3500 a los 5500 colones, así que se ajustan al presupuesto de todos, hasta le venden tacos por unidad a un rojito y tienen combos y promociones todos los días.
Si quiere darse el lujo de comer rico y barato, tiene que visitar el Chilillazo, Roberto Mendoza lo estará esperando mientras el grandioso chef le prepara sus taquitos.