Un hombre de la casa acabó con el sueño del Fluminense. El delantero brasileño João Pedro, formado en la cantera tricolor, anotó los dos goles que clasificaron al Chelsea (2-0) a la final del Mundial de Clubes.
Contratado la semana pasada, el fichaje de los londinenses se graduó de figura en su primer partido de titular con los Blues con dos tantos de gran factura (18 y 56 minutos) bajo el calor que abrasó al MetLife Stadium, a las afueras de Nueva York.
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La eliminación fue doblemente dolorosa para el cuadro de Río de Janeiro, gran revelación del renovado torneo de la FIFA, que llegó a semis con tres bajas sensibles, las de los defensas Samuel Xavier y Juan Pablo Freytes y la del volante Martinelli.
No solo quedó a puertas de la final, que será europea, sino que un futbolista de sus entrañas puso fin a la ilusión de luchar por la corona.
“Estoy muy contento por anotar por primera vez con Chelsea, aunque sé que este torneo significaba mucho para Fluminense. Lo siento, pero soy un profesional y Chelsea me paga para hacer goles”, dijo la figura del día.
Fuego amigo
Pesadilla para la banda derecha del Flu, que sufrió la ausencia del lateral Samuel Xavier, lesionado, el extremo portugués Pedro Neto comandó una contra que culminó con un centro despejado por el incombustible capitán Thiago Silva hacia el borde del área.
Desde allí João Pedro captó la bola y, sin marca alguna, se acomodó y soltó un derechazo al palo lejano del veterano portero Fábio, incapaz de atajar el tiro a pesar de una estirada colosal.
No celebró la anotación y pidió excusas con sus manos, pero los cariocas sintieron el golpe. Neto siguió atormentando al lateral Guga y, en otro centro, a los 21 minutos, el defensa Malo Gusto probó a Fábio con un cabezazo.
Sepultura carioca
En un contragolpe comandado por el argentino Enzo Fernández, João Pedro repitió el filme del 1-0: riendazo, esta vez dentro del área, que golpeó el travesaño y fulminó a Fábio. Y nuevo pedido de disculpas.
Fluminense, equipo con potencial económico muy inferior al de la mayoría de sus rivales en el Mundial, siguió dando patadas, aunque de ahogado, ante un rival que por poco firma una goleada en un remate del extremo Christopher Nkunku (65) que Thiago Silva despejó en la línea.