EscucharLas placa que se pegará en el trofeo que levante este sábado el capitán de River Plate o de Boca Juniors que los acredite como los nuevo reyes de la Copa Libertadores de América ya está lista. Se hicieron dos, una para cada club.
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Así lo dio a conocer este viernes la Conmebol, mostrando en sus redes sociales ambas placas.
La “Final del mundo”, como la han denominado la prensa y la afición en Argentina, tiene la serie empatada luego del primer juego donde igualaron 2-2 el pasado 11 de noviembre en el estadio Alberto Armando ( conocido como la Bombonera), sede del Boca Juniors.
Esta es la primera vez que ambos clubes, los más populares de Argentina, juegan una final de la Libertadores y la cual es la última a doble mejenga en la gran final, ya que a partir del 2019, será a partido único, así como la Copa Sudamericana. La disputa de está última tendrá su definición en el estadio Nacional, ubicado en Lima, Perú, mientras que la Libertadores se realizará en Santiago de Chile.
De ganar el cuadro xeneize este sábado sumará su sétima corona, con lo que igualaría a Independiente como los más ganadores del torneo.
En la base del trofeo se observan las placas. Cada una de ellas está dedicada a los equipos que ganaron el torneo. Las placas muestran el año, el nombre del club, el escudo y el país de los ganadores. Desde la edición del 2009 a la izquierda del escudo del club campeón se incluye la ciudad y el país de origen.
El trofeo original tenía lugar para 18 placas de campeones. En el torneo de 1977 se llenó la base por lo que se tuvo que agregar espacio para una línea más y se reubicaron las anteriores. En 1983 agregó una columna más. En 1994 se volvió a llenar y en 2004 se modificó la base.
La última modificación se hizo en el 2009. Se retiraron las placas, se ajustaron todas del mismo tamaño con el nombre y el escudo de cada club. En la actualidad, en la final se coloca la placa antes de entregar el trofeo al campeón.
La base tiene suficiente espacio para ser llenada hasta la edición del 2031.
Un Copa de 57 años
El trofeo de la Copa Libertadores es uno de lo más emblemáticos en el mundo. Desde hace 57 años, equipos de Sudamérica y México, compiten por este como símbolo del premio al mejor de la región.
En 1959, el peruano Teófilo Salinas -miembro del comité ejecutivo de la Conmebol-encargó a Alberto de Gasperi, un inmigrante italiano que administraba la Joyería Camusso en la avenida Colonial de Lima, Perú, la elaboración del trofeo que se entregaría al campeón del torneo.
Esa primera versión se elaboró con piezas de plata esterlina. La figura principal es redonda en representación de un balón que tiene un listón con la leyenda “Copa Libertadores”. En la parte superior aparece una figura de bronce de un futbolista que patea de derecha.
La base de cedro tenía espacio para colocar 18 placas, cada una para el campeón del torneo.
A lo largo de la historia de la Copa Libertadores han existido tres versiones del trofeo debido a que los dos anteriores se entregaron a dos clubes que se coronaron como campeones tres veces consecutivas.
En 2004 el trofeo se rompió durante la celebración del título de Once Caldas. “Después de que nos entregaron las medallas vino la celebración en grande, agarré la copa, la besé y empecé a saltar con ella. Pensé que era compacta, pero el muñeco de encima estaba sostenido apenas por un cablecito y las orejas estaban como pegadas con pegamento. De repente, el muñeco se salió por un lado, la tapa de arriba del balón se abrió y una oreja se cayó”, relató Herly Alcázar, jugador del club campeón.
La Copa tiene un peso de 10.25 kilos. Su altura es de 98 centímetros (63 son de plata 925 y 35 de madera de cedro),
