Una nicaragüense y una costarricense unieron fuerzas para emprender con una sodita que no solo deleita paladares, sino que también es testimonio de esfuerzo y perseverancia. Es por eso que queremos dar a conocer su historia en la sección del San Juan.
La nicaragüense y emprendedora Mayela Olivas nos contó que ella llegó al país cuando apenas tenía 22 años.
“Estaba muy jovencita, me vine por una tía que me trajo por estos lados, pues ella ya tenía muchos años de vivir en Costa Rica”, comentó.
Olivas recordó que llegó al país en busca de un futuro prometedor, ya que en ese entonces había tenido a su primer hijo, quien quedó muy pequeño a cargo de su mamita.
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“En ese entonces mi hijo tenía dos añitos; él se quedó con mami, yo necesitaba ayudar a los dos”, detalló.
Esta pulseadora recordó que cuando decidió venirse al país, lo hizo sin documentos y siempre vivió con miedo de que la policía la agarrara.
“Yo me vine con un maletín y tres mudadas; adicionalmente, había metido unos zapatos en caso de que me quedara sin ellos a mitad de camino. Nos vinimos en lancha por San Carlos de Nicaragua, después nos pasamos a territorio tico y de ahí caminamos toda la montaña durante tres días, porque eso es así, lo llevan a uno por diferentes lugares. Recuerdo que uno empezaba a caminar desde las 3 de la tarde hasta las 10 de la noche. Descansábamos en campos abiertos y seguíamos entre la montaña, la selva y hasta los animales con tal de que la migración no lo agarre. Uno va con miedo porque viene viendo cosas desagradables que uno no quiere ver”, dijo.
La oriunda de Viejo Chinandega nos contó que después de esa travesía se quedaron en una zona que se llama Los Ángeles de la Fortuna, donde se estableció para trabajar.
Mayela explicó que el primer trabajo fue por ocho meses en una empacadora, pero después le dijo a su tía que ella prefería venirse a San José, con el fin de buscarse un trabajo de trabajadora doméstica.
“Me fui quedando y quedando. Trabajé de doméstica en Ciudad Quesada, después fui a visitar a mi mamá a Nicaragua. Me quedé como un año y decidí regresar de nuevo con todos los documentos al día y en orden”, recordó.
Mayela comentó que después de llegar decidió establecerse en Heredia.
“Cuando llegué ya tenía un trabajo, que era cuidar un matrimonio de adultos mayores. Con ellos estuve durante cinco años”, agregó.
Esta nicaragüense contó que en el 2000, regresó a su país, tuvo a su segunda hija, pero como ya era residente en Costa Rica, se la trajo de meses y se crio con el tercer hijo que tuvo acá.
“Cuando terminé de trabajar con los señores, me dediqué a limpiar casas por horas acá en Heredia. Y, para el 2007, dejé este trabajo para iniciar en una soda de comida rápida”, contó.
Esta linda señora de 50 años explicó que cuando empezó a trabajar en sodas se mantuvo durante 16 años.
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“Trabajé 16 años con don Mario; él tenía una soda de comida rápida en el Corazón de Jesús. Y ahora tenemos tres años de estar independizadas”, agregó.
Olivas comenzó a emprender desde el 2022 y recordó que con lo que le pagaron de su liquidación, ella, junto con su compañera Vanessa Fallas Campos, se propusieron levantar su negocio.
“Al inicio fue muy difícil. Había que empezar a hacer la clientela y darse a conocer, pero uno va saliendo y, gracias a este negocio, hemos salido adelante. He sobrevivido, pude comprar mi lote y construir hace cinco años. Yo agradezco mucho el apoyo que me ha dado la gente para salir adelante”, dijo.
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Vanessa Fallas, quien trabajó con Mayela Olivas durante esos 16 años en soda, expresó que, más allá de ser compañeras, encontró en ella una hermana más, pues arriesgaron todo lo que tenían para echar a andar la soda.
“Emprender no ha sido fácil, siempre se pasan haciendo cambios, buscando la manera de salir adelante. Pero siempre complaciendo a los clientes con los platillos preferidos”, confesó.
La herediana nos contó que ellas en su menú son bien variadas, ya que tienen burritos de queso, pollo, carne, hamburguesas, ravioles, nachos, patacones, papás supremas, refrescos naturales y que, en algún momento, les gustaría agregar algún platillo tradicional nicaragüense, pero igual están dispuestas a complacer a los clientes si alguno anda antojado de algo típico de allá.
“Aquí hacemos todo lo que a los clientes se les antoje. Los platillos favoritos de los clientes son los casados, que vienen con arroz, frijoles, picadillo, plátano, proteína y un delicioso refresco natural. Mientras que por la tarde lo que más se nos vende es el taco, que es artesanal. Nosotras lo armamos de cero y la carne lleva un proceso que lo hace más sabroso”, comentó Vanessa.
Fallas indicó que tanto ellas como sus familiares las apoyan en la soda; de hecho, nos comentó que su hermana trabaja medio tiempo y sus tres hijas y los hijos de Olivas también las apoyan cuando hay alta demanda de pedidos.
La soda La Ventanita abre de 11:30 de la mañana a 10 de la noche, de lunes a domingo, y está ubicada por Rostipollos de la Universidad Nacional, 50 al norte y 25 al este.