Arkansas se convirtió el martes en el primer estado de Estados Unidos que prohíbe a los menores que no se identifican con su género de nacimiento acceder a tratamientos hormonales o cirugías para cambiar de sexo, una victoria para la ofensiva conservadora contra los transexuales.
Los congresistas de este estado sureño, bordeado por el río Misisipí y conocido por su conservadurismo cristiano, decidieron levantar el veto del gobernador republicano Asa Hutchinson, quien consideró que la norma provocaba demasiada injerencia de las autoridades en la salud de las personas.
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“Los miembros del Congreso de Arkansas ignoraron la oposición generalizada y masiva a este proyecto de ley y continuaron su cruzada discriminatoria contra los jóvenes transexuales”, denunció Holly Dickson, representante de la poderosa asociación de derechos civiles estadounidense ACLU.
Arkansas también aprobó recientemente varios proyectos de ley que, según los críticos, limitan los derechos de los transexuales.
El más reciente busca prohibir que las mujeres transexuales compitan en deportes femeninos. Este tema es el caballo de batalla de muchos conservadores en el país y existen proyectos de ley similares en muchos estados.
En total, la organización Campaña de Derechos Humanos dijo haber identificado más de 195 iniciativas “anti-LGBTQ” en debate en Estados Unidos y proyectos de ley antitrans en más de 30 estados.
El presidente estadounidense, Joe Biden, se ha pronunciado al respecto, emitiendo una orden ejecutiva en su primer día de mandato para prevenir y combatir la discriminación por motivos de identidad de género u orientación sexual.