La “entrevista devastadora” del príncipe Harry y su esposa Meghan a la televisión estadounidense fue como “un bombardero B-52” descargado sobre el Palacio de Buckingham, acusado de indiferencia ante las tendencias suicidas de ella y los pedidos de ayuda de él, e incluso de racismo hacia su hijo.
Un año después de su estrepitosa salida de la realeza británica y su partida a California, la pareja pintó con estas confesiones, recogidas por la estrella de la televisión y amiga personal Oprah Winfrey, un sombrío retrato de la monarquía británica.
“Fuera lo que fuera lo que la familia real esperaba de esta entrevista, esto fue peor. Meghan tuvo tendencias suicidas. Estaba preocupada por su bienestar psicológico. Lloró en un acto oficial. Y la familia real no ayudó”, afirma el diario conservador inglés The Times, agregando que se trata de “acusaciones perjudiciales” para la institución.
“La pareja cargó un bombardero B-52, sobrevoló el palacio de Buckingham y descargó su arsenal justo encima”, afirmó por su parte el canal británico ITV, que compró los derechos y debía retransmitir las dos horas de entrevista este lunes por la noche en el Reino Unido.
Para la radiotelevisión pública BBC "es una entrevista devastadora" que revela "las terribles presiones dentro del palacio" y dibuja "la imagen de individuos insensibles perdidos en una institución" tan perdida como ellos.
Con lágrimas en los ojos, Meghan, de 39 años, una exactriz emprendedora y acérrima defensora de los derechos de las mujeres, reconoció que llegó un momento en que "ya no quería vivir más".
Y aseguró que cuando dijo a la familia real que estaba sufriendo por la agresiva cobertura de los medios sensacionalistas británicos y que necesitaba ayuda profesional, le contestaron "que no sería bueno para la institución".
Actualmente embarazada de su segundo bebé, que será una niña según anunció, Meghan, que es mestiza, también explicó que el palacio real estaba "preocupado" sobre "cuán oscura" sería la piel de su primer hijo, Archie.
“Está claro que esperábamos algo dramático pero creo que esto ha superados esas expectativas”, dijo a la AFP el experto en la realeza y periodista del Daily Mail, Robert Hardman.
Tras la emisión de estas confesiones, grabadas hace semanas en la mansión de la pareja en Montecito, cerca de Santa Bárbara, Meghan recibió el respaldo público de su amiga la tenista Serena Williams, para quien "sus palabras ilustran el dolor y la crueldad que ha vivido".
Enrique, de 36 años, siempre ha dicho que la dolorosa decisión de romper con su familia estaba motivada por su temor a que “la historia se repitiese”, en referencia a su madre, la princesa Diana, que murió en un accidente de tráfico en París en 1997, cuando él tenía 13 años, tras una dolorosa ruptura con su marido, el príncipe Carlos, y la monarquía.
Ante Oprah, reconoció haberse sentido "realmente decepcionado" por la falta de apoyo de su padre en toda esta situación. "Él pasó por algo similar. Él sabe cómo se siente el dolor", afirmó.
Dijo que siempre amará a su padre -heredero al trono de 72 años- y a su hermano, el príncipe Guillermo, pero que estos "están atrapados" en las convenciones de la monarquía y "no pueden salir".
Esta explosiva entrevista recuerda a la que Diana dio a la BBC en 1995, en la que reveló que su marido la engañaba con Camila y admitió haber sido ella misma infiel con el oficial del ejército James Hewitt.
Meghan denunció una "verdadera campaña de desprestigio" por parte de la monarquía, aunque tuvo cuidado de no atacar personalmente a miembros de la corona.
Simplemente afirmó que, contrariamente a lo que había informado la prensa británica, no fue ella quien hizo llorar a Catalina, la duquesa de Cambridge, esposa de Guillermo, durante un incidente previo a su boda, sino que sucedió lo contrario y que Catalina se disculpó poco después.
La monarquía británica afrontó la entrevista ofreciendo unas horas antes de su emisión la imagen de una familia unida con motivo de las celebraciones anuales de la Commonwealth.
En un discurso televisado pregrabado, la reina destacó la importancia de la “dedicación desinteresada y el sentido del deber” mostrado por el personal sanitario durante la pandemia, lo que muchos interpretaron como una crítica a Harry y Meghan.
Según una fuente cercana a la monarca citada por el Sunday Times, Isabel II no pensaba ver la entrevista y estará más presente en los medios la próxima semana para demostrar que la monarquía “se centra en temas importantes”.