Kattya Granados, mamita de la presentadora Keyla Sánchez, quien es sobreviviente de cáncer de mama, ha demostrado ser una verdadera guerrera, ya que a pesar de todos los momentos difíciles por los que ha pasado, nunca ha perdido su fe en Dios y ni sus ganas de salir adelante.
Granados, quien reconoce que nunca estuvo muy pendiente de su salud, se puso a trabajar en ella después de que su mamita, Olga Vega, falleciera de una enfermedad llamada polineuropatía severa.
En La Teja hablamos con Doña Kattia, quien muy amablemente nos contó todos los detalles de lo que vivió cuando fue diagnosticada con cáncer de mama.
-¿Cómo se dio todo?
Desde el año pasado que falleció mi mamita empecé a trabajar en mi salud. Estaba con síntomas de menopausia y como mi esposo es médico, me sacó una cita con una ginecóloga, ya que estaba iniciando una terapia experimental para la menopausia. Cuando fui, la doctora me mandó exámenes de rutina para descartar cosas y hasta finales de enero volví. Sin pensar en nada negativo, me hicieron un ultrasonido y vieron una bolita, después de muchos exámenes y varios especialistas, me dijeron que tenía un tumor maligno que se quitaba y ya no tenía que hacer nada más.
-¿Cómo se da cuenta del cáncer de mama?
La cirugía del tumor fue un 22 de marzo, 15 días después la doctora me llamó para darme los resultados de la biopsia, cuando la doctora me dio el resultado me dijo que todo había salido alterado y que lo que tenía era cáncer en el seno derecho y en el izquierdo un nódulo.
-¿Cómo recibió esa noticia?
Es inesperado, porque uno no está preparado para escuchar la palabra cáncer y es chocante porque uno lo asocia con muerte. Cuando vi a mi esposo asustado, yo lo único que pensaba era que seguro yo estaba muy mal.
-¿Qué consejos le dio la doctora?
Ella me dio tres opciones, pero hay una de la que no me acuerdo. Me dijo: “Usted se puede hacer la mastectomía radical, que consiste en quitarle los dos pechos, o se puede hacer radioterapia, que es someterse a varias secciones de radiación para destruir células cancerígenas”, pero como yo le tengo tanto miedo a esas cosas, me aconsejó que era mejor la cirugía y después de varios exámenes la cirugía se programó para el 5 de mayo, siempre corriendo varios riesgos.
-¿Qué vino después de que le quitaran los senos?
Los especialistas determinaron que mi cáncer fue por estrógenos hormonales. Después del 5 de mayo, me hicieron un examen para ver si recibía quimio o un tratamiento, después de esperar resultados me enviaron un tratamiento varios años, pero no se pudo comenzar antes, porque se hicieron hematomas al ponerme prótesis.
Este tratamiento primero me lo enviaron por cinco años, pero después me lo cambiaron a diez, ya que por mi tipo de cáncer el porcentaje de volver es grande, entonces me tengo que tomar una pastilla todos los días, esta situación me genera angustia y me deprime un poco, porque ya estaba mentalizada.
-¿Usted ha sido la única en su familia diagnosticada con cáncer de mamá?, y, ¿cómo ha sido el apoyo de familia?
Sí, a la única de la familia que le dio cáncer hormonal. Yo pasé en la casa de Keyla, porque tenía que ir al médico y me quedaba cerca de la casa de ella, aparte que ocupaba ayuda, ya que anduve vendada por 15 días y era ella la que me llevaba a las citas médicas, me ayudaba a limpiarme, me lavaba el pelo; mis otros familiares estuvieron muy pendientes de la situación, siempre me mantuvieron en oración, porque somos creyentes.
-¿Qué consecuencias le trajo el tratamiento?
Hay muchos efectos que al inicio no me daban, pero me da mucho dolor en las articulaciones, es un dolor que me quema y va de adentro hacia afuera. Yo he escuchado testimonios de gente a la que le va peor, pero gracias a Dios no he experimentado eso.
-¿Cómo se ha sentido con el ejercicio y su rutina diaria?
Es como volver a empezar de cero, vuelvo con un tema mental. Cuando voy a correr tengo que hacerlo trotando y caminando, con esta vivencia he aprendido a practicar la paciencia y la tolerancia. Hay días buenos, regulares, rebuenos, a veces a una se le olvida que tiene una enfermedad, mientras que hay días más nostálgicos, en los que uno piensa en el futuro.
-¿Cómo hace para ser tan fuerte?
El secreto está en Dios, en escuchar su palabra, uno para estar fuerte físicamente necesita alimentarse, es lo mismo, uno necesita llenarse de esa fuerza sobrenatural. Yo me he derrumbado, he llorado y me he desesperado, no le he reclamado a Dios la enfermedad ni ninguna otra cosa; pero le he pedido a Dios que me dé fuerzas para que me alivie.
-¿Qué representa este mes para usted?
Siempre he sido fanática del mes rosa, tengo colección de pulseras, vasos y todo lo que tenga que ver con el mes, de hecho, hacía las carreras, para este año me inscribí, pero no fue posible hacerla, porque me sentía muy mal, ya que apenas iniciaba el tratamiento de la pastilla.
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-¿Qué consejos le puede dar a las personas?
No llamar las enfermedades, pero tampoco ser descuidados con nosotros mismos, para que no les pase la misma situación que yo viví, yo creo que Dios hizo un llamado conmigo y ahora lo estoy contando. La prevención es básica, hacerse chequeos, confiar siempre en Dios y tener mucha fe, porque Dios no es religión, es relación. Hay que tener la fuerza para llevar a cabo los procesos y atacar las indicaciones de los médicos.
-¿En algún momento le gustaría dar algún tipo de charla a personas que pasan estos procesos?
Me encantaría poder ayudarles, si Dios me usa como instrumento lo voy a hacer con todo el amor del mundo, porque para eso vinimos a este mundo, a ayudar en lo que uno pueda.