El príncipe Enrique, hijo menor de Carlos III, fue acusado este viernes de querer “demoler” la familia real británica con las explosivas revelaciones contenidas en sus memorias, filtradas días antes de su publicación, a cuatro meses de la coronación de su padre.
Titulada “Spare” (“En la sombra”), esta autobiografía de unas 500 páginas verá la luz a nivel mundial el 10 de enero, en un contexto de fuerte tensión en el seno de la monarquía británica.
Esta se esfuerza por modernizar su imagen desde la muerte de Isabel II en setiembre, pero se ha visto envuelta en controversias como los comentarios racistas de una madrina del príncipe Guillermo, hermano mayor de Enrique y heredero al trono.
El libro, repleto de detalles privados sobre la vida de la familia, acusaciones y reproches, fue accidentalmente puesto en venta durante unas horas el jueves por una cadena de librerías española, lo que permitió obtener un ejemplar a todos los diarios sensacionalistas británicos.
A izquierda y derecha del espectro político, todos ellos fustigaban las revelaciones del príncipe, de 38 años, que en 2020 sacudió la monarquía cuando junto a su esposa Meghan Markle dejó la institución para irse a vivir a Estados Unidos alegando una presión mediática y familiar insoportable.
The Sun subraya que aunque los británicos simpatizaron durante años con el conflictivo príncipe por el trauma de haber perdido a su madre, la princesa Diana, siendo niño en 1997, “ninguno puede justificar el camino destructivo y vengativo que ha elegido, arrojando a su propia familia debajo de un autobús por millones de dólares”.
Él afirma, simplemente, querer explicar su “verdad” de lo ocurrido.
Así, relata por ejemplo una disputa en 2019 en Londres durante la cual Guillermo, ahora de 40 años, tildó a la exactriz estadounidense Meghan Markle, con la que su hermano menor se había casado un año antes, de “difícil”, “grosera” y “áspera”.
Afirma que lo zarandeó y lo tiró al suelo y esperaba que le devolviese el golpe y entablar una pelea.
También afirma que Carlos III hacía “sádicas” bromas sobre si era el “verdadero” padre de Enrique, que creció entre rumores sobre su parecido con el mayor James Hewitt, amante de Diana.
Otros detalles sórdidos incluyen cómo perdió la virginidad con una mujer mayor en un campo detrás de un establecimiento nocturno, su consumo de cocaína siendo adolescente, las 25 personas que mató durante sus misiones militares en Afganistán o la mujer, a la que se abstiene de llamar “medium”, que le permitió contactar con su difunta madre.
De momento, parece ya improbable que Enrique y Meghan estén junto a la familia en la pomposa ceremonia de coronación del nuevo rey, prevista el 6 de mayo en la Abadía de Westminster.