EscucharCiudad del Vaticano
AFP
Hace 40 años, el 6 de agosto de 1978, murió el papa Pablo VI, un año importante para la Iglesia católica, recordado como el de los tres pontífices, con la elección de Juan Pablo I y Juan Pablo II tras la sorpresiva muerte del anterior.
“Fue el gran papa de la modernidad”, lo describió la víspera el papa argentino Francisco, al recordar los esfuerzos de Pablo VI para concluir el Concilio Vaticano II, que modernizó a la milenaria institución.
“Hace cuarenta años, el beato papa Pablo VI estaba viviendo sus últimas horas en esta tierra. Murió, de hecho, en la tarde del 6 de agosto de 1978. Lo recordamos con mucha veneración y gratitud, a la espera de su canonización, el próximo 14 de octubre”, comentó Francisco.
“¡Que desde el cielo interceda por la Iglesia que tanto amó y por la paz en el mundo!”, clamó Francisco.
El italiano Pablo VI (1963-1978) junto con el arzobispo salvadoreño Óscar Arnulfo Romero, gran defensor de los pobres convertido en leyenda en América Latina tras su asesinato en 1980, serán canonizados el 14 de octubre en la basílica de San Pedro en el Vaticano.
Con la muerte de Pablo VI se inició una fase importante para la historia de la Iglesia, en crisis ante los movimientos de liberación social y sexual.
Según el experto en asuntos del Vaticano, Orazio La Rocca, en el libro “El año de los tres papas”, la elección de estas tres figuras, con características distintas, reflejaba las diferentes almas de la entidad.
En ese año reinaron tres pontífices: los italianos Pablo VI, Giovanni Battista Montini, Juan Pablo I, Albino Luciani, quien permaneció sólo 33 días en el trono de Pedro, y el polaco Karol Wojtyla, Juan Pablo II, el primero no italiano en más de cuatro siglos, quien guió a la Iglesia durante 27 años.
La Virgen Negra de Jasna Gora intercedió
Solo hacía 33 días que había sido elegido Papa, y su sencillez, su sonrisa y su cordialidad traspasaron todas las fronteras: era el “Papa de la sonrisa”. Tenía 65 años, no era mayor. Juan Pablo I falleció el 28 de setiembre de 1978.
La muerte del Papa ocurrió en su dormitorio. Tenía unos papeles en sus manos y la luz prendida. La nota oficial del Vaticano dijo que el Papa murió de un “infarto de miocardio agudo” en su habitación. La nota dice que fue hallado por su secretario, el irlandés padre John Magee.
En realidad fue la religiosa suor Vicenza, que lo atendía desde que estaba en Venecia, la que halló al papa Luciani sin vida a las 05:30 de la madrugada. Como cada mañana, sor Vicenza le dejaba una taza de café fuera de su dormitorio, y al volver para recoger la taza vio que el Papa no había tomado el café. Llamó a la habitación y nadie respondió. Abrió la puerta y halló al Papa recostado en la cama con unos papeles en la mano, muerto.
La noticia se difundió como un relámpago: “Il Papa del sorriso è morto”, era el titular. La noticia parecía increíble. Cuando los cardenales habían vuelto a sus respectivas sedes episcopales tras el Cónclave y un mes de ausencia, debían volver a Roma para asistir a otro Cónclave o encuentro. Sería el Cónclave que eligió a Karol Wojtyla, san Juan Pablo II.
Se comentó de fuente muy cercana que el nuevo Papa Luciani quien se llamó Juan Pablo I, vivía agobiado por tantos papeles y documentos que debía leer y escribir, sobre todo leer. Tanto es así que una vez, ante un montón de papeles, se le preguntó qué le preocupaba al Papa y si quería una máquina de escribir (las computadoras entonces no estaban en el mercado), y respondió: “¡Lo que necesito es una máquina de leer!”. Estaba agobiado. Y en efecto murió con papeles entre las manos.
El cardenal Luciani fue elegido Papa al segundo día del Cónclave, el 26 de agosto de 1978. Salvo los dos cardenales polacos, Stefan Wyszynski de Varsovia y Karol Wojtyla de Cracovia, nadie se dio cuenta que precisamente el 26 de agosto es la gran fiesta de la Virgen Negra de Jasna Gora, la Virgen de Czestochowa, a la que tan devotos son los polacos y especialmente Karol Wojtyla.
Cuando falleció Juan Pablo I, el entonces cardenal Wojtyla se acordó de la Virgen de Czestochova en cuya fiesta el religioso italiano había sido elegido papa. Muchos cardenales se preguntaron qué significado tenía un papado tan corto, y qué quería manifestar el Espíritu Santo. Los cardenales polacos lo supieron cuando fue elegido papa el Cardenal Wojtyla, quien se haría llamar Juan Pablo II.
