Familiares de los más de 130 rehenes israelíes aún en manos de Hamás en Gaza, vieron el viernes disiparse sus esperanzas de reencontrarse rápidamente con los suyos, debido al fin de la tregua entre Israel y el movimiento islamista.
“Nos hicieron entrever la posibilidad de que los liberen, vuelvan a nuestro lado y retomen su vida”, afirmó visiblemente emocionado Ilan Zecharya, tío de Eden Yerushalmi, de 20 años, una de las pocas mujeres que no fueron liberadas durante la semana de tregua.
“Estaba muy cerca de salir de su cautiverio”, agregó, tras tomarse una pausa para beber un vaso de agua durante un discurso en un mitin organizado en Tel Aviv por el Foro de Familias de Rehenes.
“Les pedimos a todos, y a nuestro país, un nuevo mecanismo que permita proseguir con las liberaciones”, imploró, dirigiéndose tanto a Hamás como a Catar y a Egipto, que ofician de mediadores.
En los medios de comunicación, familiares de secuestrados afirman que no se han realizado todos los esfuerzos posibles para liberar a todos los rehenes e instan al gobierno israelí a proseguir las negociaciones.
La tregua permitió canjear a 80 rehenes israelíes, en su mayoría mujeres y niños, por 240 presos palestinos, igualmente mujeres y menores.
Una veintena de extranjeros o personas con doble nacionalidad, en su mayoría tailandeses que trabajaban en Israel, también fueron liberados, fuera del marco del acuerdo.
La guerra se inició el 7 de octubre cuando milicianos islamistas irrumpieron en el sur de Israel, matando a 1.200 personas, en su mayoría civiles, y secuestrando a unas 240, según las autoridades israelíes.
En respuesta, Israel desató una campaña de ataques aéreos y terrestres en Gaza que, según el gobierno de Hamás en el territorio palestino, ha dejado hasta ahora más de 15.000 muertos, igualmente civiles en su gran mayoría.
LEA MÁS: La tradición que comparten ricos y pobres en Nicaragua
Sin atención médica
La liberación de los soldados rehenes es más problemática, porque sus secuestradores consideran que podrían canjearlos por muchos más presos palestinos.
En 2004, Israel excarceló a 450 presos a cambio de la liberación de un empresario israelí y de los cuerpos de tres soldados.
Y en octubre de 2011, el soldado Gilad Shalit, capturado cinco años antes, fue canjeado por 1.027 presos palestinos, entre los que figuraba Yahya Sinuar, considerado como el principal artífice de la operación del 7 de octubre.
Tamar Zohar, abuela de uno de los soldados secuestrados, Omer Neutra, de 22 años, se niega a renunciar a la esperanza de volver a “abrazar pronto” a su nieto.
“Queremos que en el proceso de retorno de los rehenes, que esperamos se reanude rápidamente, se incluya a soldados”, afirmó la mujer en el mitin de Tel Aviv.
Otra fuente de angustia para los familiares es la situación de los rehenes heridos, “que sufren y no reciben ninguna atención médica”, afirmó Eli Shtivi, padre de Idan Shtivi, secuestrado en una fiesta en la cual fueron asesinadas 364 personas.