El papa Francisco, quien falleció este lunes 21 de abril, era mucho más que un líder religioso, por eso le vamos a contar diez datos curiosos que no dejan de sorprender sobre este líder católico.
Papa Francisco: respeto por la tierra
Cuando Jorge Bergoglio seleccionó el nombre Francisco al asumir el papado, lo hizo con un propósito muy claro: honrar a san Francisco de Asís, el santo italiano célebre por su vida austera, su humildad ejemplar y su profundo respeto por la naturaleza y los seres vivos.
Su sencillo debut apostólico: un viaje en avión comercial a Brasil
Según el medio Radio Villa María, en 2013, durante su primer viaje apostólico fuera del Vaticano, el papa Francisco eligió a Brasil como destino para asistir a la Jornada Mundial de la Juventud, un evento que congregó a miles de jóvenes de distintos países. Sin embargo, lo que más llamó la atención no fue su participación, sino su inesperada decisión de no utilizar el tradicional avión papal.
En su lugar, Bergoglio viajó en un vuelo comercial, compartiendo el trayecto con periodistas y pasajeros comunes. Con esta elección, rompió con el protocolo habitual del Vaticano y dejó en claro que su estilo pastoral se basaba en la sencillez y en una cercanía auténtica con la gente, incluso fuera de Roma.
Una formación académica inesperada
Antes de seguir el camino del sacerdocio, Jorge Mario Bergoglio se formó en el campo de la química, una preparación poco habitual entre los líderes de la Iglesia católica. Su interés por la ciencia surgió desde joven, cuando ingresó al Colegio Militar de la Nación, iniciando así una etapa que lo llevó a la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires. Allí comenzó sus estudios en Ciencias Químicas, donde destacó por su dedicación y aptitudes.
Aunque más adelante decidió dejar la carrera científica para ingresar al seminario, su formación en química marcó profundamente su pensamiento, influyendo en la manera en que enfrentó los retos tanto como sacerdote como en su rol de sumo pontífice.
Su amor por el tango
Un papa amante del tango puede parecer sorprendente, pero en el caso de Jorge Bergoglio, es una realidad. Siempre mantuvo un fuerte vínculo con la cultura de su país natal, y el tango, símbolo indiscutible de la identidad argentina, ocupó un lugar especial en su vida. En su juventud, solía bailar este género musical, aunque él mismo reconocía que no era precisamente un experto en elegancia.
Ya siendo papa, no ocultó su aprecio por el tango ni por figuras legendarias como Carlos Gardel, el famoso “zorzal criollo”. En varias ocasiones compartió su afecto por este estilo musical, evocando con nostalgia sus años de juventud y celebrando el poder del tango para conectar a las personas más allá de cualquier frontera.
Un papa sin tecnología
En un mundo dominado por la tecnología y la constante conexión digital, el papa Francisco demostró que se puede mantener una cercanía genuina sin depender de dispositivos electrónicos. A lo largo de su pontificado, se conoció por no usar teléfono móvil ni reloj, y por mantenerse alejado de las redes sociales, pese a que su cuenta oficial en Twitter (@Pontifex) reúne a millones de seguidores en todo el mundo.
¿Cómo ha logrado mantener el vínculo con los fieles sin recurrir a estos recursos? La respuesta está en su carisma y en su estilo directo y humano. Sus encuentros públicos, su forma de comunicarse cara a cara y su sencillez han sido suficientes para conectar con millones de personas durante más de una década.
Amante de la lectura
Según este medio, detrás del rostro conocido del papa Francisco como guía espiritual, se ocultaba un profundo admirador de la poesía y la literatura. A lo largo de su pontificado, compartió en múltiples ocasiones su aprecio por la lectura, confesando que en sus momentos libres solía sumergirse en las obras de autores que lo inspiraban tanto a nivel emocional como intelectual.
Entre sus lecturas favoritas se encontraban el clásico argentino “Martín Fierro”, símbolo de la tradición gaucha, y “Las flores del mal” de Charles Baudelaire, cuyas poesías indagan en los aspectos más sombríos del alma. Para Francisco, la poesía no era solo una manifestación artística, sino también una vía para explorar los enigmas más profundos de la existencia.
En diferentes entrevistas explicó cómo la poesía le ayudó a ir más allá del texto evangélico, guiándolo hacia una comprensión más sensible del dolor, la belleza y la introspección humana. En la quietud de su residencia, lejos del protocolo vaticano, encontró en los libros un refugio silencioso y personal, donde podía reconectar con su esencia más íntima.
Una historia culinaria
Aunque el papa Francisco es mundialmente reconocido por su rol como líder espiritual, pocos saben que su relación con la cocina comenzó en circunstancias muy particulares. Siendo joven, cuando su madre enfermó, tras dar a luz a su hermano, Jorge Mario Bergoglio asumió la tarea de alimentar a su familia. Sin formación gastronómica formal, pero con mucho sentido práctico, se encargó de preparar comidas simples y nutritivas para el hogar.
El papa relató esta etapa con humor, asegurando entre risas que, aunque su cocina no ganaría premios, al menos “nunca intoxicó a nadie”.
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Uno de sus alimentos favoritos fue la pizza. Desde niño tuvo un vínculo especial con este platillo, el cual fue protagonista de varias de sus anécdotas. En entrevistas, compartió cómo el simple acto de comer una pizza, especialmente hecha en casa, le generaba momentos de felicidad. Incluso con el paso de los años y la exigencia de su función como pontífice, nunca dejó de lado ese gusto sencillo y sincero por uno de los manjares más populares del mundo.
Vivió la dictadura argentina
Antes de ser papa, Jorge Bergoglio atravesó los años de la dictadura militar argentina (1976-1983) como líder jesuita. Aunque fue criticado por no condenar públicamente las violaciones a los derechos humanos, él ha defendido su postura, asegurando que actuó en silencio para proteger a los perseguidos. Según ha contado, su prioridad fue salvar vidas desde la discreción, ayudando a quienes estaban en peligro.