Corría el año 2011. Laura Chinchilla era la presidenta de Costa Rica y en Nicaragua había elecciones presidenciales, por eso a la cruzrojista voluntaria Evelyn Vargas Rojas, que ahora tiene 41 años y 17 en la Benemérita, la mandaron a reforzar el puesto de la zona fronteriza.
Estando ella de servicio, les entró una alerta de un niño con quemaduras, en Cuatro Esquinas de Pocosol, bien cerquita de la frontera. Iban de camino y les entró otro reporte, también un menor, pero este mordido por una serpiente terciopelo.
“De la calle principal, la de asfalto, a donde estaban los niños, se duraba como 1 hora y 40 minutos. Llegamos a donde el quemado, pero era un niño de 1 año y 6 meses (Jeffry Fabián), las quemaduras eran bien profundas y fuertes, con solo decirle que ya el niño ni lloraba, eso demuestra la gran afectación del tejido.
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“Cuando yo vi a ese niño tan quemado, me encomendé a Dios porque era un caso demasiado fuerte. El otro caso era un niño, Pedro, que venía en bicicleta, majó una terciopelo y esta lo mordió. Los dos niños se nos estaban muriendo en la ambulancia.
“Nos apuramos al máximo. El tiempo en ese momento era oro. Yo quería que la ambulancia tuviese alas y volara… Haber llegado a la clínica de Santa Rosa de Pocosol con los dos niños vivos en verdad fue un milagro. Iba en una ambulancia donde sucedieron dos milagros”.
Jamás olvidará la cruzrojista ese capítulo en su vida. Y esa es solo una de las cientos de miles de historias milagrosas que logran nuestros cruzrojistas en todo el país. Es gente tan noble que termina hasta involucrándose totalmente con los pacientes que atienden. La contamos porque este año, esa institución tan importante en nuestro país, que este viernes 4 de abril celebra sus 140 años.
Evelyn tampoco olvidará que a uno de los pequeñitos se lo llevaron al hospital de Niños y al otro al hospital México.
“Estuve yendo al hospital de Niños e informándome con el hospital México. Los dos niños están vivos hasta el día de hoy.
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“Estoy convencida que Dios nos ayudó”, acepta la cruzrojista voluntaria quien, para evitar que alguien se sienta afectado religiosamente, siempre dijo ser de la luz, pero en su corazón está convencida que fue Dios quien metió las manos por los niños.
Una vocación
Luis Diego Delgado Arrieta, vicepresidente del Consejo Nacional de la Cruz Roja y rescatista voluntario de toda la vida, tiene 53 años de edad, con tremendo orgullo nos explica que ser cruzrojista, sea como él o con salario mensual, no es un trabajo sino una vocación.
“Ser cruzrojista es algo con lo que se nace porque es el don del servicio, además, ese don en la Cruz Roja se encamina para sea al servicio de los demás, del prójimo, de quien más lo necesita en un momento de emergencia”, explica.
En el país hay unos 5 mil cruzrojistas voluntarios y 1.300 en planilla. Claro que no es todo lo que se necesita; sin embargo, a cada segundo usted puede estar tranquilo porque la Cruz Roja siempre está alerta.
Junto con don Luis Diego y la gente de comunicación de la Cruz Roja, repasamos uno poquitos capítulos de la historia del país, en la cual ellos estuvieron siempre presentes y corriendo hacia los lugares de donde la mayoría prefiere huir en un momento dado.
Auxiliando en todo el país
Recordaron, como ejemplos recientes, la emergencia en Pico Blanco de Escazú por la caída de una avioneta, las personas desaparecidas en el volcán Turrialba y las emergencias por las lluvias en noviembre anterior en Guanacaste, Puntarenas y la zona sur.
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“En 1921 estuvimos socorriendo a los heridos de la guerra de Coto, en 1924 también la Cruz Roja estuvo presente en los terremotos de Orotina y San Mateo, en 1926 estuvimos en el accidente ferroviario más trágico de nuestro país, donde salvamos vidas en la tragedia del tren que cayó al río Virilla.
“En 1948 la historia se transformó en tragedia cuando un grupo de cruzrojistas fueron asesinados, mientras cumplían con su labor humanitaria, llevando auxilio a los heridos de guerra en Murciélago, en Guanacaste”, recordó la Cruz Roja.
En 1955 auxiliaron a los heridos de los conflictos armados de la época, como también lo hicieron en marzo de 1963 durante la erupción del volcán Irazú, y en ese mismo año socorrieron a las víctimas en las inundaciones en los Diques de Taras, en Cartago.
Para 1991 estuvo presente en Limón atendiendo las emergencias por el terremoto, ya para el 2009 cientos de cruzrojistas se fueron a Cinchona para salvar vidas en el terremoto de aquel momento.
“En el 2016 estuvimos en la atención de los heridos y rescates por el huracán Otto, y no podemos olvidar la atención en 76 cantones, en 178 albergues durante la tormenta Nate en 2017.
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“En 2020 la Pandemia provocada por el covid-19 puso a prueba nuestro sistema de atención, logrando atender y trasladar a miles de personas a centros médicos por esta enfermedad”, recuerdan con satisfacción y orgullo.
A partir de este viernes 4 de abril comienzan las actividades de celebración del 140 aniversario de la Cruz Roja tica, las cuales inician con la firma de un convenio de cooperación con la Cruz Roja Panameña, además se recibirá un donativo con equipo de rescate acuático gracias a la Cruz Roja Española.