Jéssica Rojas le tiene pavor a las que para la mayoría de nosotros son inofensivas gallinas. No puede ver ni una pluma sin que se le ericen los pelos o tenga que hacerse a un lado si se las topa.

La mujer, de 36 años, tuvo una experiencia traumática en su niñez con un pollo que la picoteó hasta más no poder y desde entonces vive con ese temor.

“Hace unos años vendían pollitos pintados, bueno, pero yo tenía uno amarillo y se hizo grande (pollo). Ellos lo ven a uno como de medio lado, muy feo, muy raro y un día uno se me vino encima y me va dando una picoteada que usted no tiene idea. Me tuve que guindar del portón y ese pollo aleteaba y me picaba. Desde entonces le tengo miedo a las gallinas”, dijo Rojas.

“Ahora, si me los topo, yo soy la que tengo que cruzar. Antes vivía en una casa donde tenía que llamar al dueño todas las mañanas porque las gallinas andaban por todo lado, para que me las quitara”, dijo Rojas. Nunca se ha tratado esa fobia.

Las fobias son trastornos emocionales que se caracterizan por un miedo intenso y desproporcionado ante objetos o situaciones concretas. Según el doctor Esteban Carvajal, las más comunes en Costa Rica son el miedo a volar, el miedo a los ascensores y el temor a los lugares abiertos, a lugares cerrados, a arañas y animales.

Pero Jéssica, y la mayoría de personas no saben que ese pavor se trata ahora por medio de la realidad virtual.

Es decir, el paciente va a consulta, le cuenta su miedo al doctor y este le pone un casco con gafas en el que proyecta imágenes que al persona le causan miedo. El experto simultáneamente monitorea, por medio de sensores que se conectan a la computadora por medio de un teléfono móvil, las reacciones del paciente como aumento en las palpitaciones del corazón o sudoración.

"Recordemos que la persona llega porque tiene miedo, por ejemplo a volar, así que evita montarse en aviones o el escuchar un avión le genera ansiedad. Entonces, cuando lo acercamos al entorno, mediante la realidad virtual, lo que la persona menos piensa es que está siendo evaluada. Siente miedo y es consciente que quiere cambiar esa actitud”, dijo el doctor Carvajal, quien aplica esa técnica en el Hospital Clínica Bíblica.

Lo más real

Carvajal afirma que el paciente, pese a que no piensa que es evaluado, sabe que no le pasará nada porque está en un ambiente controlado. “La idea es generar un entorno lo más real posible”.

En ese tipo de situaciones, el tratamiento sería muy útil para Raquel Camacho, quien tiene pavor a volar y tiene un viaje programado para marzo. Ella suda tacacos con solo de pensar que debe montarse en un avión.

Ella no conoce la terapia pero estaría dispuesta a seguirla con tal de estar tranquila para el viaje.

“Me parece que sería útil. Yo como le tengo miedo a las alturas, solo pensar en el avión me da miedo”, dijo.

El doctor dice que el método aplicado en psicología es relativamente reciente y de forma más masiva desde hace tres años para acá. Asegura que los resultados son muy buenos. Mientras un paciente requiere de ocho a doce sesiones con la terapia tradicional, con la realidad virtual se reduce a cinco o seis, en promedio.

“La gente aprende por observación y creencias. Cuando trabajamos con el método tradicional el miedo a volar, se le pregunta a la persona cómo se le generó la idea de que el avión se va a caer, si le pasó algo, o lo vio en la tele y luego se le dice que se imagine que está en un avión a punto de volar. La persona cierra los ojos y empezamos la terapia. Con la realidad virtual, este último paso no hay que hacerlo, la persona lo vive”, dijo.

La terapia con realidad virtual no se aplica en todas las sesiones, eso depende del nivel de fobia y del criterio del doctor. La sesión cuesta ¢50.000, mientras que cuando no se necesita la realidad virtual, sale en ¢40.000.

Exitoso

Galo Guerra, de Instituto Conductual de Costa Rica.

- ¿Qué opina de la aplicación de la realidad virtual en el tratamiento de fobias?

- No sé lo que hace el doctor, pero es cierto que la realidad virtual se está aplicando para tratar fobias y tiene gran éxito.

- ¿Qué ventaja tiene?

- Que hay un entorno seguro, controlado en el consultorio y ojo, dependiendo del tipo de programa que se utilice, porque algunas usan imágenes muy reales. Ayuda más porque el cerebro se compenetra con lo que ve y disminuye la ansiedad. Lo que la persona controló en la realidad virtual lo controlará en la realidad.

- ¿Puede acelerar los resultados?

- Sí, con el método tradicional un paciente puede requerir de ocho a doce terapias y con la realidad virtual de cinco a seis, en promedio. Algunos datos científicos que he leído arrojan que siete de cada diez superan el problema. Es una eficacia muy alta”.