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Tico se apuntó a fiesta por el Día de Muertos en México

Creó altar a los muertos que compite con otros 1.500 por ser el mejor

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Toda la idea y confección del altar estuvo a cargo del tico Germán Salas quien se unió a la tradicional fiesta mexicana. Foto: Cortesía (Cortesía German Salas)

“A dónde fueres, has lo que vieres”, dice el dicho y parece que esto es lo que aplicó el asesor en comunicación costarricense, Germán Salas quien desde hace año y medio se fue a vivir a Jalisco, México.

El tico se apuntó este año a participar en el Festival de Muertos de Tlaquepaque 2018, que en esta oportunidad está dedicado a las leyendas y tradiciones.

Así de fácil se coló también en la historia como el primer costarricense que se lanza al agua en semejante reto. Espera que Dios lo acompañe y pueda convertirse en el ganador al final del festival de cuatro días, el cual arrancó este 1° de noviembre y llegará hasta el domingo 4 de noviembre.

La tarea no es nada sencilla, pues hay 1.500 altares participantes, pero sin duda, la experiencia y el esfuerzo valieron la pena.

Es normal ver a los mexicanos este vía maquillados como las catrinas como estas que visitaron el altar de German. Foto: Cortesía (Cortesía German Salas)

El altar se hace para alguien que haya muerto y Germán escogió dedicar el suyo a los creadores de la gelatina: el faraón Horus Escorpion I (fue quién la descubrió), Richard Leach Maddox e Isauro Limón.

“Leach Maddox era un médico que durante años investigó las propiedades de la gelatina porque estaba convencido que serviría para muchas cosas más que como alimento y gracias a él se desarrolló la lámina que hoy conocemos como fotografías. Y fue gracias a sus estudios que las gelatinas se popularizaron y comenzaron a consumirse como las conocemos hoy”, explicó Salas.

En el caso de Isauro, este fue el que aprovechó la idea del médico y creó la Casa Limón, empresa que se encargó de convertir a la gelatina en el postre preferido de los mexicanos y como los ticos no nos quedamos atrás, Germán no lo dudó para elegirlos como los dedicados de su altar, y así unir ambas culturas que ahora forman parte de su vida.

México es conocido por su celebración a los seres que ya no están con nosotros y según cuenta la tradición, esta es la forma de compartir con ellos y aunque ya no estén en carne y hueso, igual les colocan comida.

Alejar malos espíritus

Eso sí, como no quiere que lleguen los malos espíritus, hay ingredientes infaltables en un altar. Se trata de la sal, que se coloca en cruz para espantarlos. Por eso compró cinco kilos.

También compró seis kilos de naranja, 12 kilos de limón y tres kilos de café costarricense, pan de muerto y rosquillas inglesas, para que los que visiten su altar puedan comerse alguito.

“Las frutas se usan para refrescar a las almas, así como el vaso de agua. El café es porque era el preferido de uno de los dedicados y me pareció adecuado incluirlo”, contó el comunicador.

Este festival de Tlaquepaque es el segundo más grande de todo México, superado únicamente por el de Pátzcuaro, en Michoacán y en tercer lugar está la fiesta en la Ciudad de México.

Según Vicente García Magaña, coordinador económico del festival, durante los cuatro días llegan unas 180.000 personas, de ahí que se organicen 85 actividades para entretenerlos más allá de solo llegar a ver los altares.

“Participan artesanos, artistas, empresarios y vecinos del centro histórico. Es un evento que reúne a más de ciento ochenta mil personas y que significa una fuerte inyección a la economía turística, superior a los cuarenta y cinco millones de pesos (1.356 millones de colones)”, agregó García.

Otros materiales utilizados por Salas en el montaje son tres mil metros de hilo, seis mil papeles picados de color cempasuchil (flor de muerto) así como morados y fucsia, que si se pone uno a la par de otro en fila nos alcanzaría para llegar de la Catedral de Chepe a la Fuente de la Hispanidad. También usó 40 flores de cempasúchil.

Toque tico

La leyenda cuenta que esta figura de la catrina advertía en todo México las desgracias que traerían los españoles y luce el pañuelo tico. Foto: Cortesía (Cortesía German Salas)

Como la patria se lleva por dentro, aunque estemos lejos de ella, a la catrina que colocó en el altar, la vistió de veracruzana, pero con un pañuelo tico para ponerle un toque nuestro.

“Ella representa a Cihuacóatl, la mujer serpiente conocida como la diosa del nacimiento. Se dice que rodeaba todo México advirtiendo las catástrofes que se venían con los españoles. Por eso algunos le han cambiado el nombre por la llorona”, recordó el tico.

El montaje, propiamente en el sitio, le tomó dos días hacerlo, pero tardó un mes alistando todo por separado.

“Los papeles se pegaron uno a uno, no pueden ser de los que vienen en cadena para que mantenga el kopal dentro (incienso especial para estas fechas) y que se coloca en las velas”, agregó Germán.

Las visitantes aprovecharon para tomarse selfies en el festival de Tlaquepaque. Foto: Cortesía (Cortesía German Salas)
Karen Fernández

Karen Fernández

Periodista con una licenciatura en Producción de Medios. Forma parte del equipo de Nuestro Tema y tengo experiencia en la cobertura de noticias de espectáculos, religiosos, salud, deportes y nacionales. Trabajo en Grupo Nacion desde el 2011.

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