Fabián Quirós Cedeño se unió en el 2015 a Robert Strasser y Bruce Lowe como socios para lanzarse al agua en su propio negocio.
Ellos adquirieron la administración del restaurante más antiguo de Estados Unidos, el King George II Inn (La posada del rey Jorge II), un hotel y restaurante fundado en 1681 en Bristol, Pensilvania.
Abrió nada menos que 95 años antes de la indepedencia de las trece colonias que fueron luego Estados Unidos. Mantenerlo operando con semejante historia es un reto grande y eso se agravó por la pandemia, que en el país del norte deja ya 500.000 muertos.
Fabián, nacido en Turrialba y criado en Heredia, tiene otro desafío, esta vez más personal, ya que la está pulseando para ganar un concurso y convertirse en el chef favorito de Estados Unidos.
El premio es sabroso. Consiste en ser entrevistado por la revista Bon Appetite, muy popular en el mundo de la cocina y los restaurantes, y y $50.000 (30,7 millones) que el tico distribuiría entre los 44 trabajadores del antiguo local, en su mayoría costarricenses y guatemaltecos a quienes no les ha llegado ayuda del Gobierno.
Al pulseador compatriota podemos echarle una mano votando por él en favchef.com/2021/fabian-quiros o , más fácil aun, meterse a la página del restaurante en Facebook King George Inn y buscar la publicación que le permite votar. Puede hacerlo una vez al día y hay que ponerle porque las elecciones terminan este 3 de marzo.
El concurso busca ayudar a los comerciantes y a nuevos proyectos a enfrentar las consecuencias de la pandemia.
Talento de familia
Fabián inició desde cero hace ya casi 21 años, cuando se fue para Estados Unidos con $200 en la bolsa junto a su hermano Alex Quirós, quien le consiguió una oportunidad en el restaurante Salt Creek Grill, en Rumson, Nueva Jersey.
Sin saber inglés, inició lavando platos y poco a poco fue ascendiendo hasta llegar a chef. Cuando la compañía abrió otro restaurante en Princeton, cerca de la prestigiosa universidad, le dieron la oportunidad de hacerse cargo junto a Robert Strasser, su actual socio.
Para que estuviera afinado lo mandaron a capacitarse en cocina avanzada al Centro Culinario Francés, en Nueva York. Eso explica, en parte, por qué su comida es una deliciosa mezcla entre americana, francesa y tica. Sí, porque incluye gallitos, casado y pollo caribeño, entre otros.
Su abuelo y sus tíos han tenido restaurantes toda la vida en Turri, entre ellos el Pénjamo y la panadería Cedeño, en Heredia. El talento para crear manjares le llega a Fabián por herencia.
Fabián está casado con Devon, una médico que conoció mientras trabajaba en el restaurante para pagarse los estudios universitarios. Tiene dos hijos: Lucía, de 8 años, y Landon de 3.
El trabajo le queda a unos 90 kilómetros de la casa (una hora y media en carro); por eso algunos días a la semana se queda en uno de los cuartos de la posada.
El histórico restaurante del rey Jorge tiene capacidad para 300 personas adentro y 150 afuera, por lo que durante el verano pasado (de julio a setiembre) les permitieron abrir solo en exteriores y hoy únicamente pueden ofrecerles servicio a 45 personas. No más.
“Muchos restaurantes han cerrado durante este tiempo pandémico y con la llegada del invierno la clientela ha bajado bastante, a excepción de viernes y sábados”, contó Fabián.
Hace unos dos años que Fabián no viene a Tiquicia, está esperando que lo vacunen para hacer el viaje y visitar a su abuelita Virginia Calvo, quien vive en Heredia.
Entre famosos
Al restaurante en el que trabajaba antes de independizarse llegaban a comer famosos de la talla de John Bon Jovi, Queen Latifah y Bruce Springsteen.
La especialidad de Fabián son el doble corte francés de las chuletas y las costillas con salsa agriculce de uvas y manzanas. Eso explica por qué jala a estrellas.
Cuenta que le gusta la comida sencilla y agregarle sabores puros e intensos. No por casualidad su frase favorita en ese campo es: “Una receta no tiene alma; tú, como cocinero, debes llevar el alma a la receta”.
La posada histórica en la que trabaja fue abierta por Samuel Clift, un inglés que recibió ayuda del gobernador Edmund Andros para que pusiera a funcionar un ferry entre dos ciudades de Nueva Jersey y abriera una taberna que se llamó “The ferry house”.
Luego tuvo otros nombres como Fountain House y Delaware House hasta el actual.
George Washington, el primer presidente de los Estados Unidos, se hospedó en este lugar cuando tenía 25 años e iba a cumplir su primera misión militar.
Un lugar con tanta historia y donde se come rico, merece ser visitado.