El sacerdote Sidar Monge Quesada fue condenado la tarde de este lunes a seis años de cárcel después de que los jueces del Tribunal de Heredia lo encontraran culpable de abusar sexualmente de un monaguillo, cuando el muchacho tenía 14 años.
Según logró demostrar la Fiscalía, el caso ocurrió en el 2009, cuando Monge era cura párroco en una parroquia de Heredia. Los hechos ocurrieron en una casa que está en el lugar donde vivía el cura.
Además, los jueces también le recetaron cuatro años de prisión a Patric Castillo Solano, corista de la iglesia y amigo del sacerdote, por abusar del mismo monaguillo durante el 2010.
Según la Fiscalía, cuando los hechos ocurrieron el sacerdote tenía dos años de haber sido designado como párroco y tenía mucha cercanía con la familia del jovencito.
La denuncia fue presentada hasta febrero del 2011 ante la Fiscalía Adjunta de Heredia, esto porque el muchachito tenía miedo que al acusarlos tomaran represalias contra él y su familia. Desde que se daba la investigación, Hugo Barrantes, quien era el arzobispo de San José, impidió que Monge siguiera ejerciendo como cura.
“Con las pruebas aportadas se comprobó que los acusados se aprovecharon de la confianza alcanzada para acercarse al ofendido y cometer los delitos de forma individual y valiéndose de momentos en los que se encontraban a solas con el menor”, indicó la Fiscalía.
Desde que el joven contó lo ocurrido, ambos sospechosos estaban descontando medidas cautelares, esas mismas medidas fueron ampliadas hasta que la sentencia quede en firme, ni el sacerdote ni el corista pueden salir del país y deben de firmar cada 15 días.
El Ministerio Público había solicitado una pena de 10 años contra el sacerdote. La víctima recibirá una acción civil resarcitoria de ¢60 millones.
“Nos encontramos felices porque realmente reproduce lo que se logró demostrar en todo el proceso. La condenatoria es proporcional y coherente”, dijo el abogado José Francisco Madrigal, representante del afectado.
El abogado del sacerdote, Rafael Gairud, aseguró que ellos van a apelar el falló porque para él no se analizaron todos los argumentos de la defensa.
“No tiene ninguna coherencia la denuncia que se ha formulado porque el denunciante tiene una actitud particular hacia mi representado que no corresponde a la de una persona víctima”, dijo Gairud a La Nación.
Los padres del afectado aseguraron estar satisfechos con la sentencia porque según contaron han vivido momentos de mucha angustia por lo ocurrido, incluso, la comunidad donde vivían los había señalado.
“Hubo un sentimiento de dolor porque es un pueblo muy católico, en ese momento, el sacerdote era una figura pública muy importante, hay que creer en Dios y no en los hombres, seguimos adelante en nuestra creencia, se hizo justicia porque estábamos diciendo la verdad en todo momento”, dijo la mamá del afectado.
Los papás del joven aseguraron que ya ellos perdonaron al cura hace tiempo.
“El hecho de que lo perdonamos y al dentista también (el corista quien tiene ese oficio) no quita que él asuma las consecuencias de lo que hizo, seguimos adelante con nuestra creencia. No podemos juzgar a todos los sacerdotes por igual porque no todos tienen la manera de sentir y de actuar de este señor”, agregó la madre.
La pareja pidió a los papás escuchar a sus hijos, protegerlos y defenderlos en todo momento.