Kendall Xavier Boniche Parrales intentó dejar su trabajo el 31 de diciembre del año pasado; sin embargo, su jefe no le aceptó la renuncia y le pidió que se quedara. Lamentablemente, cinco días después ambos fallecieron en un aparatoso choque cuando regresaban del trabajo.
La tragedia, que acabó con la vida de este joven contador, de 23 años, y su patrón, sucedió la madrugada del domingo 5 de enero, en barrio El Tablazo, del cruce de ese lugar, un kilómetro en dirección hacia Playas del Coco, en Sardinal de Carrillo, Guanacaste, a las 12:30 a.m.
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Mel Cascante, novia del joven, le contó a La Teja que Boniche se caracterizaba por la gran sonrisa con la que siempre andaba y enfrentaba la vida, por lo que ella lo quiere recordar siempre de esa manera.
“Era una persona muy alegre y servicial, lo conozco desde hace diez años y nos convertimos en novios desde la adolescencia, tenía una sonrisa que a todos nos contagiaba”, detalló Cascante.
Ella agregó que su novio había comenzado a trabajar con Ariel Morales Morice, de 43 años, su jefe, en noviembre anterior. Según Cascante, Morales tenía una empresa de materiales de construcción, sin embargo, su novio sentía que el trabajo le consumía muchas horas, por lo que había decidido renunciar el 31 de diciembre, sin embargo, su jefe no le aceptó la renuncia y le pidió que los ayudara un tiempo más.
“Era un trabajo muy demandante, a finales de diciembre él ya no quería trabajar más ahí, no solo cubría el puesto de contador, sino otros puestos, era desgastante, emocional y físicamente. Lamentablemente, Ariel, el jefe que murió junto con él, no le aceptó la renuncia y tuvo que seguir trabajando.
“El jefe lo que le dijo fue que lo necesitaba, que era un buen trabajador, Xavier no le quiso expresar que sentía mucha presión, entonces siguió”, manifestó la novia.
La muchacha afirma que al momento del accidente regresaban de realizar un trabajo, no saben exactamente de dónde era.
“Kendall había terminado de trabajar el sábado al mediodía, cuando estaba almorzando en su casa, el jefe lo llamó y él tuvo que regresar al plantel. Él estuvo trabajando y no se comunicó más con nosotros, no tenemos certeza de dónde regresaban, pero se dirigían hacia el plantel”, comentó la novia.
En este accidente, además de Kendall y Ariel, también falleció un adolescente de 16 años que viajaba con ellos en el pick up. Además, perdió la vida Luis Rojas Matamoros, de 59 años, chofer de un microbús contra la que chocaron.
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Soñaba con segunda profesión
Kendall siempre fue un muchacho centrado y a su corta edad tenía más metas trazadas, soñaba con ser ingeniero civil, carrera que le había comentado a su familia que quería estudiar.
Su novia conocía de estos planes y también lo apoyaba con sus metas, pues también ella es universitaria, así que ambos se esforzaban por consolidarse como profesionales y construir un mejor futuro.
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Doña Lilliana Parrales, mamá del muchacho, lo describe como un joven solidario y bastante esforzado.
“Era el menor de mis hijos, vivía conmigo y siempre compartíamos, la última vez que lo vi fue el sábado cuando salió de la casa, fue un hijo bueno”, comentó esta madre, quien asegura que su fortaleza viene de Dios para continuar, pese al dolor.
Al joven lo despidieron sus seres queridos en Sardinal de Guanacaste y la mamá agradeció el gran cariño que la gente le tenía, pues lo llegaron a despedir muchas personas.
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