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Príncipe Enrique declara en la Corte que un diario británico pirateó su teléfono

El hijo de la princesa Diana y el rey Carlos III es el primer miembro de la realeza británica que declara ante un juez en más de un siglo

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El príncipe Enrique se convirtió este martes en el primer miembro de la realeza británica que declara ante la justicia en un siglo, asegurando, pese a no poder demostrarlo, que un diario sensacionalista obtuvo detalles sobre su vida pirateando su teléfono.

Vestido con traje gris y camisa blanca, el hijo menor de Carlos III, testificó durante cinco horas en la Alta Corte de Londres, donde desde el 10 de mayo se juzga al Mirror Group Newspapers (MGN).

Enrique, dos actores de televisión y la expareja de un cómico acusan a este grupo, editor del diario Mirror y la revista Sunday People entre otras publicaciones, de obtener información sobre ellos entre 1996 y el 2011 mediante métodos ilegales, incluida la piratería telefónica.

El príncipe Harry testificó este martes 6 de junio contra el Mirror Group Newspapers (MGN) en Londres. (HENRY NICHOLLS/AFP)

“Mis mensajes de voz incluían información increíblemente privada y delicada”, afirmó el príncipe, de 38 años.

Por ejemplo, “no sé cómo podrían haber conocido detalles como mis planes de vuelo que nunca eran anunciados por el palacio por motivos de seguridad”, lanzó a Andrew Green, el abogado de MGN que durante todo el día lo interrogó, uno a uno, sobre 20 de los 33 artículos examinados por la justicia.

Por la mañana el príncipe se mostró confuso y dubitativo, pero en la sesión de la tarde adoptó una actitud más combativa.

Aseguró haber llamado “hipócrita de mierda” a Paul Barrell, el exmayordomo de su madre, la difunta princesa Diana, en un mensaje de voz en el 2003 a su hermano mayor, el príncipe Guillermo.

Esta expresión apareció posteriormente en la prensa, pero “después de tanto tiempo” dijo no recordar los detalles.

El minucioso interrogatorio dejó a la luz información privada como la reacción de su padre a su consumo de drogas, la vigilancia secreta ordenada por su abuela Isabel II durante su año sabático en Australia o las relaciones con su exnovia zimbabuense Chelsy Davy a partir del 2004.

“Si la relación con Chelsy era pública, sus detalles debían permanecer privados (...). El nivel de detalle de estos artículos es, cuanto menos, desconcertante”, subrayó.

El príncipe tuvo que admitir que muchas de estas informaciones fueron publicadas por otros diarios y confirmadas por fuentes reales.

Pero acusó al Mirror de ir más allá, obteniendo información por medios ilegales que dijo no poder demostrar porque las pruebas “fueron ocultadas o destruidas”.

El miércoles, será de nuevo interrogado por Green sobre los artículos restantes antes de responder a las preguntas de su abogado, David Sherborne, quien también cuestionará a la periodista Jane Kerr, exredactora jefa adjunta y responsable de información real en el Mirror.

Los cuatro demandantes piden daños y perjuicios a MGN por el impacto que estas informaciones tuvieron en ellos.

Enrique denunció una “invasión de la prensa la mayor parte de (su) vida, hasta el día de hoy”.

“Cada uno de estos artículos me causó sufrimiento”, aseguró.

El príncipe Harry vive en California, Estados Unidos, junto a su esposa Meghan Markle. (MATT DUNHAM/AFP)

“Otras personas, amigos, compañeros de escuela leían los artículos y su comportamiento cambiaba”, afirmó. Esto le hizo sentir “paranoia”, desconfiar de cualquiera y reducir su círculo de amistades, subrayó.

“Todo el mundo lamenta la intrusión de los medios que ha sufrido en su vida, pero no se deduce de ello que fuese el resultado de una actividad ilegal”, subrayó Green.

En el inicio del proceso, MGN reconoció “algunos indicios” de recopilación ilícita de información y pidió disculpas, pero negó haber interceptado mensajes de buzones de voz.

El príncipe, quinto en la línea de sucesión al trono, lanzó asimismo una inusual crítica a los lazos entre la prensa y el ejecutivo británico.

“Nuestro país es juzgado globalmente por el estado de nuestra prensa y nuestro gobierno, y creo que ambos están en lo más bajo”, afirmó. “La democracia fracasa cuando la prensa no escruta ni exige responsabilidades al gobierno, y en su lugar opta por meterse en la cama con ellos para poder garantizar el statu quo”, agregó.

El duque de Sussex no había vuelto a su país desde la ceremonia de coronación de su padre el 6 de mayo, a la que asistió sin su esposa, la actriz estadounidense Meghan Markle, y tras la cual regresó inmediatamente a Estados Unidos donde la pareja reside desde que en el 2020 abandonó la monarquía.

Su declaración del martes fue la primera en una corte de un miembro de la realeza británica desde Eduardo VII, que lo hizo también como testigo en un juicio por difamación en 1891, antes de convertirse en rey.

AFP

AFP

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