Carlos Cruz viajó desde España hasta Nevada, Estados Unidos, con un objetivo claro: llegar al Área 51 y documentar su experiencia. Pero lo que encontró fue mucho más inquietante de lo que imaginaba. Entre advertencias de “fuerza letal autorizada”, caminos sin señal y vigilancia extrema, el viaje se transformó en una experiencia que no olvidará.
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A finales de mayo, el ‘youtuber’ español Carlos Cruz decidió comprobar por sí mismo si todo lo que se dice sobre el Área 51 es cierto. Con cámara en mano, se embarcó en un viaje por carretera hacia la famosa base militar ubicada en el desierto de Nevada, Estados Unidos.
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Desde el inicio, el camino fue confuso. Según relató en su canal de YouTube, Google Maps no permite calcular una ruta exacta hacia la zona. “Tú buscas Área 51 y aparece una zona, pero cuando intentas calcular el trayecto, la aplicación se cierra o te saca”, explicó Cruz, quien siguió el consejo de un amigo y condujo primero hasta Las Vegas. Desde allí, pidió indicaciones para llegar al pueblo más cercano.
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Durante el trayecto hacia Rachel, el poblado más próximo al Área 51, se topó con carteles que le pusieron los pelos de punta: “Uso de fuerza letal autorizado”. La señal de celular desapareció por completo cuando tomó la llamada Extraterrestrial Highway, una carretera emblemática que atraviesa el desierto.
Ya en Rachel, intentó entrevistar a algunos habitantes, pero ninguno quiso hablar. “Se negaron todos, no querían decir nada sobre lo que hay tan cerca de ahí”, contó. Le dijeron, sin embargo, que para acercarse a la base debía tomar una carretera sin asfaltar, poco visible y vigilada.
“En este punto hay una seguridad especial”, señaló, mientras narraba que muchos que han intentado acercarse son interceptados rápidamente por personal de seguridad, incluso, antes de llegar. Según el creador, hay sensores en el suelo que detectan cualquier vehículo.
Al llegar a la entrada principal de la base, vivió uno de los momentos más tensos del viaje. “La cámara se está moviendo, me está buscando”, dijo en plena grabación, mientras mostraba cómo un dispositivo de vigilancia parecía seguir su rostro. Algunos locales le habían advertido que bastan cinco segundos frente a una de esas cámaras para que el sistema tenga acceso a toda la información personal del visitante.
“Realmente, me lo estoy tomando con filosofía, pero este sitio es muy loco”, confesó. Y es que no pasó mucho tiempo hasta que un vehículo sin identificación se detuvo a pocos metros de donde él grababa. No hubo contacto, pero la sensación de estar vigilado se hizo evidente.
Al final del vídeo, Carlos recordó que la fama del Área 51 no es gratuita. Desde la Guerra Fría, muchos han asegurado ver movimientos de aeronaves con formas inusuales y comportamientos inexplicables, lo que ha alimentado por décadas las teorías sobre tecnología extraterrestre oculta.